La conexión entre la sobrecarga de hierro y el Alzheimer

El hierro es esencial para tus niveles de energía, ya que desempeña un papel importante en ayudar a transportar oxígeno por todo tu cuerpo. Pero ¿sabías que el hierro también juega un papel complejo, y algo sorprendente, en tu cerebro? Al igual que tantos otros factores en la salud, el equilibrio es clave. Demasiado poco hierro te deja sintiéndote cansado y lento, pero demasiado hierro, especialmente en tu cerebro, tampoco es algo bueno.

A medida que envejeces, el hierro tiende a acumularse gradualmente en tu cerebro. Los científicos han revelado que este “óxido cerebral”, como algunos investigadores están empezando a llamarlo, está vinculado a problemas significativos de salud cerebral que se vuelven más comunes a medida que envejecemos. Por ejemplo, la investigación ha encontrado una fuerte conexión entre la acumulación de hierro en el cerebro y la enfermedad de Alzheimer, una condición que causa pérdida de memoria y problemas cognitivos.

El hierro juega varios roles esenciales, comenzando por ayudar a transportar oxígeno desde tus pulmones hasta tu cerebro.

• No solo un transportador de oxígeno: el hierro también está involucrado en la creación de importantes mensajeros químicos llamados neurotransmisores, que permiten que miles de millones de células cerebrales se comuniquen entre sí y formen las complejas redes que subyacen a tus pensamientos y acciones. Piensa en el hierro como un servicio de entrega y una sofisticada red de comunicación todo en uno para tu cerebro.

• Tu cerebro necesita hierro para funcionar: el cerebro es un órgano increíblemente hambriento, constantemente trabajando y demandando mucha energía y recursos. Necesita un suministro constante y confiable de hierro para funcionar en su mejor nivel. Al igual que el resto de tu cuerpo, tu cerebro obtiene hierro de los alimentos que comes, de fuentes como la carne roja y las verduras de hojas verdes.

Este hierro dietético luego es cuidadosamente transportado a través de tu torrente sanguíneo a tu cerebro, cruzando una barrera especializada llamada barrera hematoencefálica, y luego se utiliza en varios procesos dentro de tus células cerebrales.

• Tu cuerpo tiene sistemas naturales para regular los niveles de hierro: Sin embargo, estos sistemas pueden volverse menos eficientes con el tiempo. A medida que envejeces, la capacidad de tu cerebro para manejar el hierro disminuye. En lugar de ser utilizado y reciclado de manera eficiente, el exceso de hierro puede acumularse en ciertas áreas del cerebro, ya que el cuerpo no tiene una forma natural de eliminarlo excepto a través de la pérdida de sangre.

Tener demasiado hierro, o “sobrecarga de hierro”, es una preocupación significativa para la salud de tu cerebro. Imagina tus delicadas células cerebrales lentamente “atascadas” o abrumadas con partículas de hierro. Esta sobrecarga interfiere activamente en cómo funcionan tus células cerebrales, interrumpiendo su comunicación e incluso dañándolas con el tiempo.

Cómo está vinculado el hierro a la enfermedad de Alzheimer

La enfermedad de Alzheimer es un trastorno neurodegenerativo progresivo y la causa más común de demencia. Se caracteriza por un declive gradual de la memoria, la capacidad de pensamiento y la función cognitiva.

• La acumulación de hierro causa neurodegeneración: Investigaciones pasadas han encontrado niveles más altos de hierro presentes en los cerebros de personas con Alzheimer en comparación con los cerebros de individuos sanos de la misma edad. De hecho, algunos estudios comenzaron a sugerir una conexión directa: cuanto mayor es la acumulación de hierro observada en el tejido cerebral, más grave es el deterioro cognitivo en aquellos con Alzheimer.

• La conexión entre proteínas mal plegadas y hierro: Para investigar esta conexión con el hierro, los investigadores estudiaron proteínas específicas dentro del cerebro que ya se saben que están involucradas en la enfermedad de Alzheimer, particularmente la proteína precursora del amiloide (APP) y la proteína tau.

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Piensa en las proteínas APP y tau como trabajadores dentro de tus células cerebrales, que normalmente realizan trabajos importantes que mantienen tu cerebro saludable. Sin embargo, en la enfermedad de Alzheimer, estos trabajadores esenciales crean enredos y placas asociadas con la función cerebral interrumpida.

En un estudio publicado en Frontiers in Aging Neuroscience, los investigadores encontraron que estas proteínas APP y tau disfuncionales también están estrechamente relacionadas con la forma en que el cerebro maneja y procesa el hierro. Parece que la acumulación anormal de proteínas APP y tau contribuye activamente a la acumulación no deseada de hierro en el cerebro.

• El hierro acumulado empeora aún más la neurodegeneración: Añadiendo al problema, el aumento de hierro que se acumula empeora aún más la pérdida neuronal, creando un ciclo perjudicial. Es como un efecto de bola de nieve rodando cuesta abajo: cada problema hace que el otro empeore progresivamente, impulsando la enfermedad más lejos y más rápido a lo largo de su curso.

Cómo el hierro daña las células cerebrales

Entonces, ¿cómo exactamente este exceso de hierro, este “óxido cerebral”, daña las delicadas células cerebrales? Los científicos están centrándose cada vez más en un proceso celular específico llamado ferroptosis para entender este mecanismo.

• El mecanismo de la ferroptosis: Es un tipo de proceso celular de “oxidación”, específicamente impulsado por la presencia y reactividad del hierro. Es similar a lo que sucede cuando el metal se oxida debido a que el hierro reacciona con el oxígeno en el entorno; un proceso algo análogo ocurre dentro de tus células cerebrales cuando hay demasiado hierro presente y disponible para reaccionar.

• Las células cerebrales son susceptibles a la oxidación: Tus células cerebrales, y especialmente las células cerebrales especializadas llamadas neuronas, son células increíblemente activas y demandantes de energía. Las neuronas también tienen un contenido naturalmente alto de grasas. Las grasas poliinsaturadas (PUFs) como el ácido docosahexaenoico (DHA) y el ácido araquidónico (AA) son componentes esenciales de las membranas neuronales y desempeñan roles clave en mantener la fluidez de la membrana, la plasticidad sináptica y la señalización neuronal.

Sin embargo, estas grasas también son particularmente vulnerables al daño de este proceso celular de “oxidación” de la ferroptosis.

• La oxidación neuronal erosiona la función cerebral: El proceso destructivo de la ferroptosis lleva a que las neuronas se dañen y, eventualmente, mueran. Cuando un gran número de neuronas comienzan a morir, como se ve en el Alzheimer y otras enfermedades neurodegenerativas, esto conduce a una serie de síntomas debilitantes, incluida la pérdida de memoria, el deterioro cognitivo y dificultades con el movimiento y la coordinación.

Es importante entender que esta conexión entre el hierro, la ferroptosis y el daño de las células cerebrales no solo es relevante para la enfermedad de Alzheimer. La desregulación del hierro y la ferroptosis también juegan un papel significativo en el desarrollo y la progresión de otras enfermedades cerebrales graves que afectan a las personas a medida que envejecen, incluidas la enfermedad de Parkinson y la enfermedad de Huntington.

Imágenes avanzadas revelan el desequilibrio de hierro en el Alzheimer

La investigación publicada en Science Advances proporciona nueva información sobre cómo se comporta el hierro en el cerebro afectado por la enfermedad de Alzheimer. Los científicos han desarrollado herramientas innovadoras que les permiten literalmente “ver” diferentes formas de hierro dentro de las células vivas y, sorprendentemente, incluso en el tejido cerebral.

• Detectar hierro celular en tiempo real: La tecnología utiliza sensores especiales, hechos de ADN, que se iluminan selectivamente y revelan la presencia de dos formas clave de hierro: Fe2+ (hierro ferroso) y Fe3+ (hierro férrico).

Es como tener reflectores microscópicos que pueden distinguir entre dos tipos sutilmente diferentes de hierro, mapeando sus ubicaciones exactas dentro del complejo paisaje del cerebro. Utilizando estos avanzados sensores de hierro, los investigadores hicieron algunos descubrimientos sorprendentes en modelos de ratones con Alzheimer. Encontraron, confirmando investigaciones previas, que los niveles totales de hierro están realmente elevados en los cerebros afectados por Alzheimer en comparación con los cerebros sanos.

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• Existe una forma más oxidada de hierro: Los investigadores fueron mucho más allá, mostrando que hay un desequilibrio significativo en los tipos de hierro presentes. Específicamente, observaron una acumulación mucho mayor de Fe3+, la forma más oxidada de hierro, en comparación con Fe2+, especialmente en áreas del cerebro donde se sabe que se acumulan placas amiloides.

Esta es una distinción importante porque Fe3+ está más fuertemente vinculado al estrés oxidativo y al proceso de “oxidación” dañina discutido anteriormente.

• Desbalance de hierro entre los pacientes de Alzheimer: Curiosamente, cuando los investigadores estudiaron la ferroptosis, el proceso de muerte celular impulsado por el hierro, vieron la tendencia opuesta: la proporción de Fe3+ a Fe2+ en realidad disminuyó. Esta contrastante destaca que diferentes dinámicas de hierro redox están en juego en varios procesos cerebrales, y que en el Alzheimer, el desequilibrio se inclina hacia una acumulación de la forma de hierro Fe3+ más reactiva y promotor de oxidación.

Los hallazgos de imágenes proporcionan una confirmación visual del concepto de “óxido cerebral”, mostrándonos, en detalle, cómo se altera la distribución de hierro en el Alzheimer. También señalan el papel del desequilibrio de hierro redox, no solo del hierro total, en el proceso de la enfermedad. Finalmente, sugieren que apuntar a las formas específicas de hierro, especialmente reducir la acumulación dañina de Fe3+, podría ser una estrategia terapéutica más efectiva que simplemente intentar eliminar todo el hierro del cerebro.

La sobrecarga de hierro conlleva riesgos para la salud en todo el cuerpo

No es solo tu cerebro el que sufre por un exceso de hierro; el exceso de hierro también plantea otros serios riesgos para la salud.

• El riesgo de cáncer aumenta: La investigación indica una correlación significativa entre la ferritina elevada — la molécula transportadora de hierro — y el cáncer. El exceso de hierro también ha sido implicado en la diabetes tipo 2 y la osteoartritis.

• La fuerza ósea se ve afectada: Los niveles elevados de hierro afectan adversamente la microarquitectura de tus huesos, comprometiendo la fuerza ósea y aumentando la susceptibilidad a fracturas.

• La función mitocondrial se ve comprometida: El hierro causa un daño significativo principalmente al catalizar una reacción dentro de la membrana mitocondrial interna. Cuando el hierro reacciona con peróxido de hidrógeno, se forman radicales libres hidroxilo.

Estos son uno de los radicales libres más dañinos conocidos, causando una disfunción mitocondrial grave, que a su vez está en el centro de la mayoría de las enfermedades crónicas degenerativas. Los radicales libres hidroxilo son un estrés oxidativo que también dañará tus membranas celulares, células madre, proteínas y ADN.

Prueba tus niveles de hierro regularmente

Mantener niveles óptimos de hierro comienza con la conciencia. Un sencillo análisis de sangre, conocido como análisis de ferritina sérica, proporciona valiosa información sobre tu estado de hierro. Incluir regularmente este análisis en tus exámenes de salud preventivos es un paso prudente hacia la gestión proactiva de la salud. Los niveles bajos de ferritina son indicativos de deficiencia de hierro, mientras que los niveles elevados señalan un exceso de hierro.

• El rango ideal de hierro — Quieres que tu nivel de ferritina esté por debajo de 100 ng/mL; el rango ideal es de 20 a 40 ng/mL. Por debajo de 20 ng/mL es un indicador de que tienes deficiencia de hierro, mientras que un nivel por encima de 100 ng/mL indica inflamación, alto hierro, o ambos. Una prueba de gamma-glutamil transpeptidasa (GGT) es otro marcador de detección para el exceso de hierro libre y es un gran indicador de tu riesgo de muerte cardíaca repentina, resistencia a la insulina y enfermedad cardiometabólica.

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• Contribuyentes a la acumulación de hierro — Si bien las predisposiciones genéticas, como la hemocromatosis hereditaria, juegan un papel, la mayoría de los hombres adultos y mujeres posmenopáusicas enfrentan un riesgo general de acumulación de hierro simplemente porque carecen de un mecanismo rutinario de pérdida de sangre, que es el principal medio del cuerpo para reducir el exceso de hierro.

• Malos hábitos y otros factores exacerbados de la sobrecarga de hierro — Consumir alimentos procesados enriquecidos con hierro, usar suplementos de hierro o cocinar con utensilios de cocina de hierro fundido todos elevan tu ingesta de hierro. Beber agua de pozo con alto contenido de hierro es otra fuente, lo que enfatiza la importancia de los sistemas de filtración de agua como los precipitadores de hierro o los filtros de ósmosis inversa. El consumo regular de alcohol también contribuye, ya que aumenta la absorción de hierro de los alimentos.

Una estrategia simple para reducir tus niveles de hierro

La gestión de la sobrecarga de hierro es relativamente sencilla. La donación regular de sangre, dos a cuatro veces al año, es un método altamente efectivo para reducir los niveles de hierro. Alternativamente, las pequeñas extracciones de sangre mensuales también son beneficiosas.

• Recordatorios de seguridad al donar sangre — Las personas con insuficiencia cardíaca congestiva o enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) grave deben consultar a su médico antes de donar sangre, pero para la mayoría de las personas, generalmente es una recomendación segura y apropiada. Si la donación de sangre no es factible debido a restricciones del centro, el médico puede recetar una flebotomía terapéutica.

Hombres
150 ml

Mujeres posmenopáusicas
100 ml

Mujeres premenopáusicas
50 ml

• Equilibra cobre y hierro — La reducción de hierro es solo un aspecto del equilibrio de hierro. También es importante reconocer la interacción entre el hierro y el cobre. La sobrecarga de hierro junto con la deficiencia de cobre presenta un escenario particularmente riesgoso. La deficiencia de cobre es generalizada, y muchos individuos requieren un aumento en la ingesta de cobre para apoyar el metabolismo adecuado del hierro.

• Considera suplementar con cobre — Si tu estado de cobre es bajo, la suplementación con 3 miligramos (mg) a 4 mg de cobre bisglicinato diariamente es beneficioso. Alternativamente, incorpora alimentos ricos en cobre como el polen de abeja, hígado de res alimentada con pasto y cerezas de acerola en tu dieta. El retinol, que se encuentra en el hígado de res y las vísceras, también mejora la biodisponibilidad del cobre y es importante para la regulación general del hierro.

La ingesta adecuada de calcio también reduce naturalmente tu riesgo de sobrecarga de hierro. Concéntrate en obtener calcio de fuentes alimenticias completas, como productos lácteos crudos alimentados con pasto y cáscaras de huevo, en lugar de suplementos. Cuando los niveles de calcio son bajos, tu cuerpo libera más hormona paratiroidea (PTH), lo que aumenta el almacenamiento de hierro. Romper este ciclo a través de una nutrición adecuada de calcio ayuda a proteger tanto tus huesos como tu salud en general.

Preguntas frecuentes (FAQ) sobre la sobrecarga de hierro y la salud cerebral

Q: ¿Por qué es importante el hierro para la salud cerebral?
A: El hierro juega un papel crucial en la función cerebral al transportar oxígeno, crear neurotransmisores y apoyar la actividad de las células cerebrales.