Bryan Johnson recibiendo plasma en su búsqueda de la eterna juventud. ¿Es ciencia o ciencia ficción? | Crédito de la foto: X:bryan_johnson
Bryan Johnson, el empresario tecnológico y biohacker de 46 años, está redefiniendo lo que significa envejecer, al negarse a hacerlo del todo.
Johnson, fundador de Kernel y Braintree, ha llevado el antienvejecimiento a un nivel extraordinario, gastando aproximadamente €2 millones al año en su búsqueda por revertir el proceso de envejecimiento. Entre sus métodos más extremos se encuentran las transfusiones de plasma, a las que llama “oro líquido”.
En 2023, Johnson se sometió al primer intercambio de plasma multigeneracional del mundo, recibiendo plasma sanguíneo tanto de su hijo de 17 años como de su padre de 70. “Cuando mi padre recibió 1 litro de mi plasma, la velocidad de envejecimiento se redujo en 25 años y se mantuvo así durante seis meses”, explicó Johnson. Si bien la causa exacta de este resultado dramático es incierta, reconoció que podría haber sido debido a su propio “super plasma” o simplemente a la eliminación del plasma de su padre.
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Bryan Johnson completa el primer intercambio total de plasma (TPE)
A principios de esta semana, Johnson completó su primer intercambio total de plasma (TPE), un proceso en el que se eliminó todo su plasma y se reemplazó con Albúmina. “Esta vez no hubo un chico de sangre involucrado”, bromeó Johnson, refiriéndose a su anterior transfusión de plasma con su hijo. El objetivo del TPE es eliminar toxinas del cuerpo, aunque Johnson admitió: “La evidencia está emergiendo” en cuanto a sus beneficios a largo plazo. También compartió que su plasma estaba tan limpio que el operador no pudo desecharlo.
El Plan: 200 pastillas al día y micromanejo de calorías
La vida diaria de Johnson está lejos de ser ordinaria. Sigue una rutina que él ha denominado “El Plan”, diseñado por un equipo de 30 médicos. El plan incluye tomar más de 200 suplementos al día, seguir una dieta vegana de precisamente 1,977 calorías y participar en rigurosos entrenamientos diarios. ¿Su objetivo final? Revertir su edad biológica y lograr el cuerpo de un joven de 18 años, sin el angustia adolescente, por supuesto.
“Estoy retrocediendo el reloj”, insiste Johnson. Y los números sugieren que podría estar en algo. Afirma tener el corazón de un hombre de 37 años, la piel de un hombre de 28 años y la capacidad pulmonar de un joven de 18 años.
¿Está el futuro del envejecimiento a la vuelta de la esquina o es un paso demasiado lejos?
Los críticos argumentan que si bien los métodos extremos de biohacking de Johnson empujan los límites de lo que es científicamente posible, también podrían sobrepasar los límites del sentido común. Pero Johnson, sin dejarse intimidar por los escépticos, está apostando sus millones en una idea audaz: que al hackear la biología, sobrevivirá a los detractores y quizás incluso al tiempo mismo. Ya sea genialidad o locura, una cosa es segura: Bryan Johnson no solo está tratando de burlar a la muerte, sino de reescribir las reglas de la vida.
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