La bomba de tiempo de Son Gotleu

El miércoles, dos españoles, que fueron arrestados tras los disturbios en Son Gotleu el lunes por la noche, comparecieron ante el juzgado en Palma. Al entrar en el edificio del juzgado, uno le dijo a los fotógrafos que esperaban que tomaran fotos de los argelinos – “ellos son los malos”.

Ha habido una fuerte presencia policial en las calles de Son Gotleu desde el lunes. Un barrio problemático de Palma, hay preocupaciones policiales de que se repita lo que ocurrió durante el verano de 2011 cuando los gitanos y nigerianos chocaron.

Sin embargo, a pesar de los problemas en el pasado, las diversas comunidades que viven en Son Gotleu han logrado cierta convivencia. Y ahora, españoles (muchos de ellos familias gitanas), marroquíes, nigerianos y otros están unidos contra los recién llegados – los argelinos. Mayormente de unos veinte años de edad, han estado rompiendo el código local – no se roba a los vecinos.

Acusados de robos, robos con violencia y apuñalamientos, estos jóvenes argelinos son recién llegados. Han ocupado edificios abandonados. Se dice que son adictos a la Lyrica (Pregabalina), un medicamento recetado utilizado como tratamiento para el dolor, entre otras cosas. El uso indebido puede tener efectos similares a consumir marihuana.

Un veterano oficial de la Policía Nacional dice: “Están tan drogados que no les importa nada. Por eso no van a otros lugares a robar. Lo que no habían previsto es que en Son Gotleu el equilibrio es muy delicado y que actitudes como las suyas tienen consecuencias inmediatas.

“Los argelinos nunca van solos a ningún lugar. Se mueven en grupos muy grandes, para intimidar y no ser identificados uno por uno. Estas son técnicas utilizadas por clanes hermanos en las afueras de París o en Marsella hace años.”

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La alianza de las diferentes comunidades quiere expulsar a los argelinos de Son Gotleu. Pero la policía reconoce el problema: “Si fueran expulsados del barrio, irían a otro y harían exactamente lo mismo.” Una solución sería lograr que fueran condenados por delitos graves y enviados a prisión. Pero esto puede ser más fácil decirlo que hacerlo.

Iker García ha vivido en Son Gotleu durante 28 años. Para él, no hay duda de que los argelinos son el problema en el barrio, y habla por otros – por los gitanos y el resto – al decir: “Si el ayuntamiento y la policía no detienen esto, se saldrá de control. Solías poder caminar pacíficamente por las calles, pero desde que llegaron los argelinos, este barrio se ha convertido en una jungla.”