La empresa deportiva Nike dejó de vender su ropa deportiva a Rusia poco después de que Moscú lanzara su invasión total de Ucrania hace más de dos años. Sin embargo, eso no ha impedido que footballstore.ru, un minorista en línea de artículos deportivos propiedad del club de fútbol Zenit de Rusia, ofrezca una amplia gama de productos de marca Nike, como los botines de fútbol Phantom GT2 Elite, por 29,999 rublos, o alrededor de $330.
La persona que introdujo estos zapatos a Rusia es Wijnand Herinckx, un ciudadano holandés de 40 años que vive en Moscú. Desde que comenzó el conflicto, Herinckx ha construido un próspero negocio que proporciona productos occidentales a los consumidores rusos cuyos fabricantes se han retirado de Rusia.
Al examinar datos aduaneros, registros corporativos y documentos internos de la empresa, así como al hablar con Herinckx mismo, Reuters descubrió cómo su negocio obtiene productos de marca como Nike y Lego: utiliza intermediarios sin conexión aparente con Rusia como compradores, luego envía los productos a Rusia, a menudo a través de Turquía, y finalmente los entrega a minoristas en Rusia.
Hay al menos docenas de empresas como la de Herinckx que emplean métodos de mercado gris para llevar productos occidentales a Rusia, según un análisis de Reuters de datos aduaneros. Su operación muestra cómo los intentos de los gobiernos y las marcas occidentales de aislar la economía de Rusia chocan con una realidad de negocios globales: donde hay demanda, alguien la satisfará.
Las restricciones de los gobiernos occidentales se han centrado principalmente en productos industriales que pueden usarse para construir armas para la maquinaria de guerra de Rusia. Dichos productos suelen estar sujetos a sanciones de Estados Unidos y la Unión Europea. Herinckx dijo que se enfoca en bienes de consumo que no están cubiertos por sanciones. Reuters no encontró evidencia de que su empresa estuviera violando las sanciones.
Pero empresas como la de Herinckx están ayudando indirectamente a la economía rusa: los consumidores aún pueden comprar productos extranjeros a los que se han acostumbrado desde la caída del comunismo hace más de una generación. Los datos aduaneros analizados por Reuters mostraron, por ejemplo, que el valor de los productos de Nike importados a Rusia cayó un 81% en 2022 a $21 millones, pero se recuperó en 2023 a al menos $74 millones.
El gigante de la ropa deportiva dijo que no suministra productos a la empresa de Herinckx ni a ningún negocio asociado. “Ya no tenemos operaciones minoristas físicas o digitales de Nike en Rusia”, dijo en un comunicado. “No enviamos ningún producto a Rusia, ni autorizamos a ningún socio de mercado a distribuir productos allí.” También dijo que tiene un equipo dedicado para investigar los canales de distribución no autorizados. Un portavoz no respondió a preguntas sobre cómo llegan los productos a Rusia.
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