La actuación de Celine Dion cierra la Ceremonia de Apertura de los Juegos Olímpicos

Los riesgos no podrían haber sido más altos para la primera actuación pública de Celine Dion desde 2020. Después de cancelar fechas de gira, en 2022 anunció que estaba sufriendo un raro trastorno neurológico conocido como síndrome de la persona rígida, que causa espasmos musculares, incluyendo constricciones de sus cuerdas vocales. “Soy: Celine Dion”, el documental lanzado este año, la mostró luchando por cantar en una sesión de grabación.

Su actuación en la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos fue una canción de Edith Piaf, la diminuta, de voz ácida, dramática y quintessencialmente francesa cantante de chanson que fue apodada “el Gorrióncito”. La canción, “Hymne à l’amour”, imagina un amor que sobrevive al fin del mundo, y es el tipo de himno que se eleva, se hincha, que Dion solía cantar a todo pulmón.

Como los deportes, el canto tiene una exigente fisicalidad propia. Dion enfrentó una prueba en tiempo real con una audiencia mundial.

Y en un largo vestido blanco brillante, ella aprovechó su momento. Se basó en la sutileza junto con la potencia pulmonar. Tal vez su voz estaba un poco más rasposa, a veces, que antes de su enfermedad. Pero el drama del momento fue igualado por la dinámica de su actuación, llegando a un pico sin acompañamiento antes de una frase final triunfante. Sí, clavó el aterrizaje.

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