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Adèle Haenel, de 35 años, abandonó la industria cinematográfica francesa el año pasado
Adèle Haenel, una actriz francesa que ha acusado a un cineasta de agredirla sexualmente cuando era niña, le gritó “cállate” antes de salir corriendo en medio de su juicio.
Christophe Ruggia, de 59 años, estaba hablando en su defensa en ese momento, argumentando que solo había intentado “proteger” a Haenel durante los primeros días de su fama.
Un fiscal francés ha solicitado dos años de arresto domiciliario para Ruggia, de 59 años, a quien Haenel ha acusado de agredirla en la década de 2000 cuando ella tenía entre 12 y 15 años y él estaba en sus 30 años.
Ruggia ha dicho que las acusaciones de abuso sexual son “mentiras puras”.
También acusó a Haenel de querer vengarse de él por no contratarla para más papeles después de que protagonizara su película de 2002 Les Diables (Los Demonios).
Haenel ha dicho que fue controlada y manipulada por Ruggia cuando era niña y que nadie la protegió cuando le “pidieron hacer cosas en nombre del arte”.
Ella alega que Ruggia comenzó a molestarla durante el rodaje, cuando tenía 12 años.
Haenel, quien protagonizó la aclamada película de 2019 Portrait of a Lady on Fire, renunció públicamente a la industria cinematográfica francesa el año pasado debido a lo que dijo era su “complacencia general” hacia los depredadores sexuales.
En 2019, dio una larga y emotiva entrevista al medio francés Mediapart en la que detalló lo que llamó el “acoso sexual” que sufrió a manos de Ruggia.
Dijo que había decidido hablar sobre su presunto abuso después de ver el documental Leaving Neverland, que exploraba las relaciones del cantante Michael Jackson con niños.
“Me hizo ver que me había aferrado por demasiado tiempo a la versión de Ruggia, que todo había sido una historia de amor”, dijo, agregando que le hizo comprender los mecanismos de “control y fascinación”.
Haenel dijo que en el set Ruggia la tocaba constantemente, le besaba en la mejilla, ponía sus manos en sus caderas y la llamaba “mi amor” y “cariño”, y que progresivamente la aisló de su familia, diciéndoles a sus padres que no fueran al set de filmación para evitar distraerla.
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Christophe Ruggia (derecha) niega las acusaciones de agresión sexual a Haenel cuando era niña.
Otros actores y técnicos en el set le contaron a Mediapart sobre la atmósfera poco saludable.
Un resumen de los cargos citados por los medios franceses dice que Ruggia y Haenel continuaron viéndose todos los sábados después de que terminara el rodaje de Les Diables, “bajo la apariencia de lecciones de cine” durante las cuales Ruggia presuntamente la tocaba sexualmente y metía sus manos en su ropa interior.
Los investigadores dijeron que encontraron notas en la computadora de Ruggia en las que escribía sobre la “sensualidad desbordante” de Haenel de 12 años.
Cuando finalmente cortó los lazos con él, continuó escribiéndole numerosas cartas, según la hoja de cargos. Más tarde cayó en una profunda depresión que duró hasta los 28 años, dijo.
“Cuando estaba bajo su yugo me sentía sucia y quería morir”, dijo Haenel a los investigadores.
Ruggia ha admitido haber cometido “errores” en su conducta hacia Haenel.
“No vi que mi adulación por ella, y las esperanzas que deposité en ella, pudieran -dada su corta edad- resultar a veces irritantes. Si esto es lo que sucedió… le pido perdón”, dijo en un comunicado en 2019.
En el juicio, la fiscal Camille Poch dijo que no tenía “ninguna duda” de que las acusaciones eran verídicas y que la defensa de Ruggia era “poco probable”. “Él eligió agredirla sexualmente. Tenía toda su conciencia como adulto para decidir actuar de otra manera”.
Haenel fue la primera actriz francesa prominente en acusar a la industria cinematográfica francesa de hacer la vista gorda ante la agresión sexual.
Desde entonces, el actor Gérard Depardieu ha sido acusado de violación y está pendiente de juicio el próximo año. Los directores de cine Benoît Jacquot y Jacques Doillon también han sido acusados de violación y delitos sexuales por la actriz Judith Godrèche.
Los abogados de Haenel han solicitado €30,000 (£24,800) en compensación por daños morales y €31,000 para cubrir los honorarios de sus psicólogos.
Se espera un veredicto el 3 de febrero.