Kiefer Ravena está buscando un cambio de ritmo para mejorar y lo hizo con su movimiento más reciente en la B.League de Japón.
Después de una serie de temporadas llenas de altibajos con los Shiga Lakes, Ravena firmó con los Yokohama B-Corsairs hace unos días, dándole una nueva oportunidad lejos de lo que ya conoce.
“Como en todas las decisiones que tomas, tienes que dejar algo muy familiar. Fue difícil pero al mismo tiempo, el baloncesto no es para siempre y tengo que hacer algo que mejore mi futuro,” dijo Ravena durante el entrenamiento de Strong Group Athletics en Gatorade Hoops Center en Mandaluyong el martes.
“Esa decisión me llevó a Yokohama.”
La última temporada de Ravena con los Lakes fue memorable, por decir lo menos.
Mientras promediaba 10.51 puntos, 4.0 asistencias y 2.59 rebotes por partido, el producto de Ateneo ayudó a Shiga a regresar a la división B1 después de ser relegado a B2 un año antes.
Para agregar más emoción, Ravena ayudó a Shiga a ganar el campeonato de la división B2 con un récord de 24-36.
En la victoria que les dio el título sobre Koshigaya Alphas hace unas semanas, Ravena anotó 10 puntos, capturó tres rebotes y repartió ocho asistencias en la victoria por 89-87.
Después del final de su excelente temporada, Ravena se pondrá la camiseta de los B-Corsairs, un equipo que anteriormente tuvo a otro filipino en Kai Sotto.
Antes de eso, jugará en la Jones Cup con la esperanza de mejorar mientras también representa al país nuevamente después de su participación con Gilas Pilipinas en la Copa del Mundo de FIBA 2023.
“Ahora me estoy preparando aquí para la Jones Cup, tratando de ponerme en forma y ver a dónde me lleva para prepararme para la próxima temporada.”
“Estoy muy orgulloso, aún. Digas lo que digas, sea SGA o Gilas, seguimos representando a Filipinas cuando vamos a la Jones Cup. Lo que verás allí seguirá siendo la bandera de Filipinas.”