Khanyisile Ngcobo reporting from Johannesburg for BBC News discusses the tensions between South Africa and the US, particularly in relation to President Donald Trump’s recent decision to cut financial aid to the country. South African-born tech billionaire Elon Musk has also criticized the new land law in South Africa, similar to Trump’s stance. The relationship between the two countries has been strained following Trump’s accusations of “unjust and immoral practices” against the white minority Afrikaner community and South Africa’s filing of a genocide case against Israel. Trump’s threat to end preferential access to the US market through the Africa Growth and Opportunity Act (Agoa) has caused concern in South Africa. The history of the relationship between the two countries, dating back to the end of apartheid, is also discussed, highlighting the current uncertain state of their interactions. Khanyisile Ngcobo Pero al mismo tiempo, también creo que nunca se deterioró tanto como lo ha hecho en los últimos años y no creo que sea culpa de Sudáfrica”, dijo el Sr. MacKay a la BBC.
Pero admitió que Sudáfrica había hecho “mucho” en los últimos años para irritar a los EE. UU.
“Esas irritaciones se acumulan y bajo el presidente Trump… esto se ve como una oportunidad para poner a Sudáfrica en su lugar”.
El Dr. Van Heerden atribuyó el cambio de dinámica en parte a “cambios globales” y “nueva competencia que desafía a los EE. UU.” de países como China, India y Brasil.
Mientras los expertos hablaban sobre los beneficios de Agoa, que se revisará más adelante este año, coincidieron en que el impacto podría no ser tan significativo como algunos temen.
Agoa se introdujo en 2000 y otorga a los países elegibles de África subsahariana acceso libre de impuestos a los EE. UU. para más de 1,800 productos.
El Sr. MacKay dijo que le sorprendería si Sudáfrica continuara beneficiándose de este acuerdo preferencial después de la revisión.
“Mi instinto es que, sea cual sea la razón por la que Trump está molesto con Sudáfrica, en este momento Agoa sería el mecanismo más fácil de usar para castigar a Sudáfrica”.
El Dr. Van Heerden agregó que incluso si el acuerdo no se renovara, o si Sudáfrica terminara siendo excluida, las empresas que actualmente se benefician de él sufrirían pérdidas a corto plazo pero lograrían recuperarse en unos pocos años.
Dijo que en este momento el gobierno del presidente Ramaphosa estaba optando por la vía diplomática, aunque la aparente falta de interés en la diplomacia por parte de la administración Trump reducía drásticamente las posibilidades de éxito.
Esto probablemente no ha sido ayudado por la respuesta tajante del Ministro de Relaciones Exteriores de Sudáfrica, Ronald Lamola, el miércoles pasado, a la acción de Trump, diciendo que “no hay posibilidad” de que Sudáfrica retire su caso contra Israel en la CIJ.
“Defender nuestros principios a veces tiene consecuencias, pero seguimos firmes en que esto es importante para el mundo y el estado de derecho”, dijo Lamola al Financial Times.
Sudáfrica ha acusado a Israel de cometer genocidio contra los palestinos que viven en Gaza, una acusación que Israel niega.
AFP Tres presidentes de EE. UU. han visitado Sudáfrica desde el fin del apartheid – Bill Clinton, George Bush y Barack Obama
Mientras tanto, Ramaphosa, en su calidad de presidente del G20, ha anunciado que enviará una delegación por todo el mundo para aclarar las políticas domésticas y exteriores de Sudáfrica, siendo Washington una parada clave.
Sudáfrica asumió la presidencia del G20, un grupo de países que se reúnen para discutir temas económicos y políticos globales, en diciembre del año pasado, viéndolo como una oportunidad para fortalecer su posición internacional.
Pero en un desaire a Sudáfrica, el Secretario de Estado de los EE. UU., Marco Rubio, ha anunciado que no asistirá a una reunión del G20 de ministros de Relaciones Exteriores que se celebrará la próxima semana en Johannesburgo.
“Mi trabajo es promover los intereses nacionales de Estados Unidos, no malgastar el dinero de los contribuyentes ni mimar el anti-americanismo”, dijo.
Sudáfrica forma parte de Brics, una alianza de importantes países en desarrollo que incluye a Brasil, Rusia, India y China, que intenta desafiar el poder político y económico de las naciones más ricas de América del Norte y Europa Occidental.
El Sr. MacKay cree que será difícil para Sudáfrica y otras naciones navegar las relaciones con los EE. UU. bajo “el político más impredecible del mundo”, sugiriendo que tendrán que ver cada vez más a Brics como un socio alternativo.
Pero lo que es significativo para Sudáfrica, la Unión Europea (UE), uno de sus mayores socios comerciales, ha reafirmado su apoyo al país.
António Costa, presidente del Consejo Europeo – que establece la dirección política general y las prioridades de la UE – publicó en X el lunes que había hablado por teléfono con Ramaphosa para destacar el “compromiso de la UE de profundizar los lazos con Sudáfrica”.
Si la ofensiva de encanto de Sudáfrica fracasa, el Sr. Van Heerden sugiere que el gobierno podría optar por “negociar duramente” y utilizar los minerales que suministra a los EE. UU. como una “moneda de cambio”.
Pero advierte: “Sudáfrica tendrá que pensar muy cuidadosamente sobre cómo juega este juego de ajedrez [donde] el gambito de apertura ya ha sido hecho por el presidente Trump y Elon Musk”.