Han pasado seis años desde que la multiinstrumentista estadounidense Joan Wasser lanzó Damned Devotion, su último álbum de material nuevo. Ha habido parches en el camino – el juguetón Cover Two de 2020, con nuevas versiones de canciones de artistas como Prince y The Strokes, y un álbum en vivo – pero Wasser parecía estar ganando tiempo. En este 12º álbum, finalmente libera toda esa emoción contenida, explorando el amor y la pérdida en canciones despojadas y nocturnas que fluyen tranquilamente.
Evitando el sonido pop y retro-soul de The Classic de 2014, y los giros hacia el funk de Damned Devotion, aquí Wasser se enfoca en la instrumentación en vivo y su versátil voz. En la envolvente Full-Time Heist se desliza suavemente alrededor de un simple ritmo de clic y trinos de piano, mientras que en el destacado ondulante, Oh Joan, su falsete de alto voltaje lentamente cede ante el susurrado y repetido título del estribillo.
Aunque las texturas son a menudo suaves, hay ocasionales ondulaciones: The Dream, construida alrededor de un bucle de suspiros de Wasser, es inquietantemente desequilibrada, y Back Again coquetea con los surcos del R&B. En general, sin embargo, Wasser se siente más feliz cuando reflexiona delicadamente sobre las verdades elementales de la vida, como una cantante de boleros que apenas se aferra.