El jefe del gigante automovilístico Stellantis, que posee marcas como Chrysler, Vauxhall, Jeep, Fiat y Peugeot, ha dimitido con efecto inmediato.
La salida abrupta de Carlos Tavares se produce dos meses después de que Stellantis emitiera una advertencia de beneficios.
La semana pasada, la empresa también anunció planes para cerrar su fábrica de furgonetas Vauxhall en Luton, poniendo en riesgo alrededor de 1,100 empleos.
En un comunicado anunciando la salida del Sr. Tavares, Henri de Castries, director independiente senior de Stellantis, dijo “en las últimas semanas han surgido diferentes puntos de vista que han llevado a la Junta y al CEO a la decisión de hoy.”
Antes de su renuncia, el Sr. Tavares era una de las personas más poderosas de la industria automotriz global.
Tenía la reputación de ser un recortador de costes implacable, primero en el grupo francés PSA, y luego, tras su fusión con Fiat Chrysler en 2021, en Stellantis.
El Sr. Tavares frecuentemente acaparaba titulares en el Reino Unido al poner en duda el futuro de las operaciones de Vauxhall en el país, vinculándolo a problemas como el Brexit y los planes del gobierno para obligar a los fabricantes de automóviles a construir más autos eléctricos.
Todavía no está claro si su salida afectará al cierre planeado de la planta de Luton de Stellantis.
La posición del Sr. Tavares fue socavada recientemente por una caída dramática en las ventas y beneficios de la empresa.
El precio de las acciones de Stellantis ha caído un 40% desde el inicio de este año.
En septiembre, la empresa dijo que había comenzado a buscar el sucesor del Sr. Tavares, pero se esperaba que permaneciera en su cargo al menos hasta 2026.
Stellantis dijo que espera designar un nuevo director ejecutivo para mediados del próximo año.
Mientras tanto, dijo que establecerá un nuevo comité ejecutivo interino, dirigido por el presidente de la empresa, John Elkann.