Jefe de la Policía de Orihuela apunta al alcalde al criticar la jubilación forzada.

El ex Consejero de Seguridad, Ramón López, flanqueado por el Superintendente Rubén Selma y José María Pomares en una foto de archivo (2020)

José María Pomares, Comisario de la Policía Local de Orihuela, ha criticado la decisión del ayuntamiento de forzar su jubilación, calificando los argumentos de “disparates” y “un batiburrillo”.

Dijo que solo se enteró de la decisión a través de la prensa, con la notificación oficial llegando más tarde el mismo día. Aunque no le sorprendió, ya que le habían advertido que su solicitud de permanecer en servicio activo hasta los 67 años sería rechazada, ahora está considerando emprender acciones legales.

Según la ley española de empleo público, los funcionarios pueden permanecer en servicio activo hasta los 70 años, pero esto no se aplica a la Policía Local, bomberos o agentes rurales. Para ellos, la edad de jubilación es de 65 años. El ayuntamiento argumenta que dado que Pomares ha cotizado más de los 38 años y 3 meses requeridos para calificar para una pensión completa, su jubilación debe proceder.

A pesar de esto, Pomares insiste en que simplemente está pidiendo continuar hasta la edad legal estándar de 67 años. Tiene un mes para presentar un recurso y dos meses para emprender litigios administrativos.

El Ayuntamiento también sostiene que las demandas físicas del puesto justifican la edad de jubilación, citando estudios de servicio de seguridad pública. Una razón similar se utilizó en Alicante para jubilar anticipadamente a su jefe de policía.

Pomares, que ha servido desde 1982 y fue nombrado comisario en junio de 2023, dice que la política no es la causa, a diferencia de lo ocurrido en Alicante, donde se citaron malas relaciones. El alcalde de Orihuela, Pepe Vegara, le ha agradecido públicamente sus años de servicio, diciendo que simplemente está cumpliendo con recomendaciones legales y técnicas. Se espera que Pomares sea reemplazado por su segundo al mando, Rubén Selma, tras su salida el 18 de septiembre.

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Por separado, Pomares ha solicitado un puesto de alta dirección que supervisa los servicios sociales, deportivos y educativos en la administración municipal de Orihuela. Es uno de los tres candidatos, pero ha impugnado formalmente el proceso, alegando que los criterios de selección son vagos y arbitrarios.

Su apelación argumenta que el alcalde carece de autoridad para definir y aprobar el proceso de contratación sin una delegación formal y que la ausencia de un informe de impacto de género requerido vulnera las regulaciones del servicio público valenciano.

Sospecha que el puesto puede ser para Isabel María Belmonte, criticando la falta de transparencia y evaluación basada en el mérito. El resultado recae en el alcalde Vegara, que encabeza tanto los órganos de nominación como de aprobación, un punto que Pomares también considera cuestionable legalmente.

Por lo tanto, Pomares se encuentra en desacuerdo con el alcalde tanto por su jubilación como por un posible nuevo puesto, planteando preocupaciones, según él, sobre la equidad, legalidad y transparencia.

Ya hay especulaciones sobre quién sucederá a José María Pomares, con Rubén Selma, actualmente Superintendente (Intendente) de la Policía Local de Orihuela, considerado ampliamente como el favorito. Selma ha desempeñado recientemente un papel clave en varias operaciones, incluida la coordinación de despliegues de agentes a áreas afectadas por desastres.

Con su amplia experiencia y liderazgo establecido dentro de la fuerza, Selma es visto como un fuerte candidato para asumir el cargo después de la jubilación obligatoria de Pomares en septiembre. Sin embargo, hasta ahora no se ha hecho ninguna confirmación oficial sobre su posible nombramiento.