Israel el viernes rechazó acusaciones de cometer genocidio en la Franja de Gaza, mientras argumentaba ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) que sus operaciones militares en la ciudad de Rafah son en defensa propia.
El caso presentado por Sudáfrica fue una “distorsión de la realidad”, dijo el jefe de la delegación de Israel, Gilad Noam, en la sala de audiencias en el Palacio de la Paz en La Haya.
Sudáfrica estaba abusando del derecho internacional de una “manera despreciable y cínica”, según Noam.
Al final de la audiencia, uno de los representantes legales de Israel fue interrumpido cuando una mujer gritó “Mentiroso” antes de ser sacada por el personal de seguridad.
Como parte de su queja por genocidio, Sudáfrica está pidiendo en una apelación urgente que la máxima corte de la ONU ordene la retirada de Israel de la Franja de Gaza.
La CIJ debe detener el genocidio en curso contra la población palestina, según la apelación, mientras Israel debería otorgar acceso sin restricciones a investigadores, medios de comunicación y ayuda humanitaria.
La demanda de Sudáfrica menciona el sufrimiento inmenso y la casi total destrucción de pueblos y hospitales en la Franja de Gaza.
La razón de la solicitud urgente es la ofensiva militar israelí en Rafah que comenzó el 6 de mayo.
La ciudad en el sur de la franja costera es el “último refugio” para unos 1,5 millones de palestinos que están concentrados allí y cuyas vidas están en peligro, dijeron los representantes legales de Sudáfrica al tribunal.
La delegación israelí, a su vez, dijo a los jueces que Rafah era un “bastión militar de Hamas” que lanzaba cohetes a Israel y que Hamas también sigue teniendo numerosos rehenes.
Israel también está proporcionando ayuda humanitaria y haciendo todo lo posible para proteger a la población civil, dijeron los representantes.
La guerra en Gaza fue desencadenada por la masacre de alrededor de 1.200 personas en el sur de Israel por combatientes de Hamas y grupos aliados el 7 de octubre.