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Más de 10.400 personas han muerto o desaparecido en las fronteras españolas en 2024, un promedio de 30 personas al día, convirtiendo a 2024 en el año más mortal hasta la fecha. Este es el resultado del informe ‘Monitorizando el Derecho a la Vida 2024’, realizado por la organización Ca-minando Fronteras, que analiza las rutas migratorias en la frontera Euro-Africana Occidental, que abarca la frontera marítima y terrestre entre España y la franja costera desde el sur de Senegal hasta Argelia.
El informe recopila datos de primera mano sobre personas asesinadas y desaparecidas en los cruces fronterizos durante el último año. Las cifras en la investigación muestran que desde enero de 2024, 10.457 personas han fallecido, 30 personas al día, incluyendo 421 mujeres y 1.538 niños y adolescentes (las cifras en el informe fueron cerradas el 15 de diciembre). Estas cifras convierten a 2024 en ‘el año más mortal registrado para la organización’.
El informe ofrece un análisis de 293 tragedias que tuvieron lugar a lo largo de las diferentes rutas migratorias. Entre estos casos, se hizo un seguimiento especial de 131 embarcaciones que desaparecieron sin dejar rastro. La ruta atlántica hacia las Islas Canarias sigue siendo la ruta más letal a nivel mundial (9.757 víctimas). En 2024, se ha observado un notable aumento en las salidas desde Mauritania, consolidándose como el principal corredor migratorio hacia las Islas (6.829 víctimas).
Además, se han consolidado rutas particularmente peligrosas, como la ruta atlántica hacia la isla de El Hierro o la ruta argelina hacia las Baleares, consideradas entre las más arriesgadas debido a la longitud y dificultad de las rutas. El aumento en el número de víctimas está directamente relacionado con factores como la omisión del deber de prestar asistencia por encima de la protección del derecho a la vida, la prevalencia de políticas de externalización de fronteras que violan los derechos humanos de los migrantes, la falta de activación o retraso en las operaciones de búsqueda y rescate, incluso cuando se conocía la posición de las embarcaciones, así como la criminalización de las personas en movimiento.
La investigación revela prácticas que afectan directamente al derecho a la vida de las personas en los cruces fronterizos. Estas incluyen condiciones de extrema vulnerabilidad que los llevan a emprender viajes altamente peligrosos: el uso de infraembarcaciones, salidas en condiciones climáticas adversas, escasez de agua y comida, y materiales de navegación insuficientes.
“Estas cifras son evidencia de un profundo fracaso de los sistemas de rescate y protección. Más de 10.400 personas muertas o desaparecidas en un solo año es una tragedia inaceptable. Instamos a que se dé prioridad a la protección del derecho a la vida, fortaleciendo las operaciones de búsqueda y rescate, y garantizando justicia para las víctimas y sus familias”, dijo Helena Maleno, coordinadora de la investigación.
Desde 2007, el Colectivo Ca-minando Fronteras ha operado una línea directa las 24 horas del día, los 365 días del año. A través de este servicio, se reciben información y alertas de personas que se encuentran en peligro en las fronteras. Toda esta información se centraliza en el Observatorio de Derechos Humanos, creado en 2014, que alberga una base de datos con las alertas recibidas de embarcaciones en riesgo en el mar y un registro de personas fallecidas y desaparecidas, construido con la contribución de familiares y comunidades migrantes.
“En Ca-minando Fronteras somos conscientes de que el número de personas muertas y desaparecidas en el área de intervención podría ser mayor. Lo que sí sabemos con certeza es que no son menos que los datos que proporcionamos en esta investigación. Continuaremos trabajando incansablemente por la memoria, la justicia y la reparación de las víctimas y sus familias”, dijo Helena Maleno.
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