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Hacer un juego de Indiana Jones hoy en día parece ser un esfuerzo sencillo: tomas a Nathan Drake de Uncharted, lo envías de vuelta en el tiempo unos 80 años, le das un sombrero y un látigo y te sientas a ver cómo llegan los ídolos dorados. El desarrollador de Uncharted, Naughty Dog, perfeccionó la plantilla para juegos de acción inspirados en Indy hace más de una década, y nadie culparía al estudio sueco MachineGames si se adhiriera a ella.
Indiana Jones and the Great Circle opta por no hacerlo. En cambio, a menudo hace todo lo posible para frustrar tales comparaciones. Este blockbuster poco convencional tiene más en común con juegos como Dishonored y Hitman que con Uncharted. Sí, tiene acción y espectáculo y ocasionalmente se aventura en la plataforma, pero pone mucho más énfasis en los acertijos, el sigilo de final abierto y dejarte golpear a los fascistas mientras estás vestido de sacerdote.
Ambientado en 1937, entre Raiders of the Lost Ark y The Last Crusade, The Great Circle pone a Indy en la pista de un misterioso culto de gigantes, después de que uno de sus imponentes miembros irrumpe en el Marshall College y roba un gato momificado de las exhibiciones arqueológicas de la institución. Aunque no es la configuración más salvaje para una aventura, es suficiente excusa para que Indy inicie una gira turística por varios de los lugares históricos más importantes del mundo.
Los entornos están llenos de elementos perfectos para golpear la cabeza de un nazi. Fotografía: Bethesda
Su primera parada es la Ciudad del Vaticano, donde The Great Circle establece las reglas que seguirá durante gran parte de su tiempo de ejecución. La Ciudad del Vaticano es un gran y laberíntico campo de juego en el que los jugadores son libres de explorar a su propio ritmo. O lo serían, si no fuera por todos los fascistas acechando. La Santa Sede bulle con los matones de Mussolini, que típicamente atacarán a Indy a la vista. Puedes luchar contra ellos si lo deseas, pero generalmente es mejor evitar a los enemigos en espacios públicos al acechar por callejones, trepar por los tejados o adquirir disfraces que engañarán a todos menos a los oficiales más agudos.
La Ciudad del Vaticano es un espacio de juego asombroso: un entorno vertiginoso lleno de pasadizos ocultos, tumbas subterráneas, campamentos de guardias vallados y una impresionante recreación de la Capilla Sixtina. Pasarás varias horas corriendo entre, sobre y bajo sus edificios, y resolviendo acertijos como descifrar códigos de seguridad y desbloquear elaborados artefactos antiguos. Hay numerosas áreas controladas por fascistas para infiltrarse, un ring de boxeo subterráneo donde puedes probar el combate en primera persona del juego, e incluso una misión secundaria para encontrar un gato perdido.
La ciudad está tan exquisitamente diseñada, de hecho, que eclipsa al resto del juego. Lo cual es notable cuando tu próximo destino son las Pirámides de Giza. Aquí The Great Circle se convierte en un modo de mundo abierto más tradicional, menos intrincado y holístico, con lugares y objetivos más aislados. Dicho esto, ofrece mayor margen para experimentar con las habilidades de Indy.
En los bailes de Indy con los Camisas Negras y la Wehrmacht, The Great Circle busca evocar la acción improvisada de las películas de Spielberg. El sigilo rara vez es obligatorio pero siempre viable; los entornos están llenos de martillos, palas y paletas perfectos para golpear la cabeza de un nazi. En el combate abierto, el sistema de lucha combina peleas sencillas con agarres y empujones, mientras que asestar un golpe de knock-out produce uno de los mejores tambaleos simulados desde Grand Theft Auto IV. Las armas de fuego están fácilmente disponibles, pero usarlas se siente como un fracaso de la imaginación. Es más divertido arrebatarle el arma al enemigo de la mano, luego lanzarlo hacia ti para darle un puñetazo triple.
Estos sistemas siempre son divertidos de jugar, y cuando se suman a los combates regulares de saqueo de tumbas y a intervalos narrativos más cinematográficos, todo se traduce en una experiencia satisfactoriamente variada. Sin embargo, la flexibilidad del juego tiene un costo en cuanto al ritmo. A pesar de todas sus cualidades admirables, The Great Circle a veces se siente demasiado pausado para una aventura de Indiana Jones. Tanto el primer como el segundo acto concluyen de manera extrañamente tranquila y se beneficiarían de algunos fuegos artificiales al estilo de Spielberg para cerrar con broche de oro. Además, considerando que la inmersión es un factor importante aquí, resulta extraño que The Great Circle constantemente te saque de su perspectiva en primera persona, a menudo para escenas cinemáticas que parecen ser mucho más divertidas de jugar.
Combates regulares de saqueo de tumbas. Fotografía: Bethesda
Afortunadamente, la aventura se acelera alrededor del punto intermedio, llevando a un tercer y último campo de juego histórico antes de prepararse para la gran final. Tomado en su conjunto, Indiana Jones y el Gran Círculo es una expansión lujosa, completa y cariñosa de las películas de Spielberg, una que comprende y se relaciona ansiosamente con la historia que teje debajo de su búsqueda circular de un MacGuffin.
En este punto, aunque The Great Circle sirve principalmente como entretenimiento ligero, hay una mayor urgencia que de costumbre en el sentimiento antifascista que recorre la mayoría de las aventuras de Indy. The Great Circle no solo te permite golpear a los nazis, sino que disecciona agudamente la ideología de extrema derecha en su conjunto, y explora activamente cómo los aspirantes a autócratas construyen su poder sobre los cuerpos de jóvenes descontentos. âNada es tan fácil de manipular como un hombre inseguroâ, alardea el antagonista nazi principal del juego en un momento. En esto, The Great Circle muestra que, lejos de pertenecer a un museo, Indiana Jones es más relevante que nunca.
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