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Durante unos cuarenta años, la asociación de residentes AVPP en Puerto Pollensa ha sido la contratista de los servicios de playa. Emplea a 24 personas con contratos de ‘fijo discontinuo’ para los servicios de playa, que incluyen la limpieza. Para la temporada alta, suele haber cuarenta empleados en total.
Los 24 empleados se enfrentan a ser puestos en ERTE – términos de suspensión temporal de empleo – porque el contrato para Puerto Pollensa aún no ha sido adjudicado; Cala San Vicente también se ve afectada.
El ayuntamiento tiene que emitir una nueva licitación. El proceso de licitación original, que comenzó en abril, fue un fracaso. La AVPP dice que los términos eran “económicamente inviables”.
El presidente, Miquel Cifre, describe la situación actual como sin precedentes, excepto por los años de la pandemia. Los 24 trabajadores fijos discontinuos no saben cuándo serán llamados para empezar a trabajar o si serán llamados en absoluto.
La AVPP considera que un nuevo proceso de licitación podría significar que no haya servicios hasta julio y está instando al ayuntamiento a buscar una forma más rápida.
Aunque actualmente no hay hamacas y sombrillas, el servicio de socorristas está operativo.
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