Al menos 40 migrantes han muerto después de que el barco en el que viajaban se incendiara frente a la costa norte de Haití, según una agencia de las Naciones Unidas. La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) dice que otros 41 fueron rescatados por la Guardia Costera haitiana. La embarcación viajaba desde Cap-Haitien a las Islas Turcas y Caicos, a más de 220 km de distancia, según la OIM. La causa exacta del incendio aún no está clara, pero un funcionario local dijo a Reuters que las personas en el barco estaban encendiendo velas en un ritual para pedir un paso seguro, lo que provocó que los tambores llenos de gasolina se incendiaran. Los heridos están recibiendo atención proporcionada por la OIM, y 11 de ellos fueron llevados al hospital más cercano, dijo la agencia. Decenas de miles de personas huyen de Haití cada año, escapando de la pobreza, la falta de ley y la violencia de las pandillas en casa. Grupos armados rivales tomaron el control de la capital, Puerto Príncipe, a principios de este año, obligando al primer ministro Ariel Henry a renunciar semanas después. Grégoire Goodstein, jefe de misión de la OIM en Haití, dijo: “Este evento devastador destaca los riesgos que enfrentan los niños, mujeres y hombres que migran a través de rutas irregulares, demostrando la necesidad crucial de vías seguras y legales para la migración. La situación socioeconómica de Haití está en agonía. La extrema violencia de los últimos meses solo ha llevado a los haitianos a recurrir a medidas desesperadas aún más”. La falta de oportunidades económicas, un sistema de salud colapsado y el cierre de escuelas están empujando a muchos a considerar la migración como la única forma de sobrevivir, dice la OIM. La violencia de pandillas mató o hirió en promedio a más de una persona por hora en los primeros tres meses de este año, según datos de la ONU. Más de 86,000 migrantes han sido devueltos a la fuerza a Haití por países vecinos este año, a pesar del aumento de la violencia, según la OIM. La nación caribeña ha visto una escalada de violencia tras el asesinato del presidente Jovenel Moïse hace tres años. Cientos de policías kenianos llegaron a Haití este mes como parte de una misión para ayudar a la policía haitiana a combatir a las pandillas.