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En Mallorca el viernes es posible que haya una temperatura máxima de 39ºC. En la España peninsular, en partes de Andalucía, es posible alcanzar los 44ºC. Tales valores en pleno verano no son inusuales. Sin embargo, la regularidad con la que se producen olas de calor, que pueden ser bastante prolongadas, marca una diferencia con el clima que se experimentaba hasta hace muy poco. Durante toda la década de los 90 solo hubo una ola de calor en Mallorca. El verano pasado hubo tres. La ola de calor que se está experimentando actualmente es la primera de este año, ya que el verano hasta ahora se ha caracterizado por temperaturas más bajas que en años anteriores.
Aunque Mallorca no ha sido particularmente calurosa – la ola de calor actual es relativamente suave y no producirá una temperatura cercana a los 44ºC como fue el caso en julio pasado – otras partes del Mediterráneo sí lo han sido.
Estudios como el realizado por el Centro Común de Investigación de la Comisión Europea han señalado el impacto negativo potencial en el turismo como consecuencia de temperaturas excepcionalmente altas. Un nuevo estudio realizado por CaixaBank Research en España ha examinado los datos meteorológicos y los pagos con tarjetas de crédito extranjeras para evaluar este impacto por nacionalidad.
Las nacionalidades más afectadas en este sentido son los británicos y los estadounidenses. Tras experimentar olas de calor extremas, es decir, aquellas que superan la temperatura promedio histórica en ocho grados, los británicos reducen su disposición a volver de vacaciones en un 34%, los estadounidenses en un 42%. Los italianos no se quedan atrás, con un 32%. Los menos afectados son los portugueses y los franceses, con un nueve por ciento y un siete por ciento respectivamente, mientras que los alemanes obtienen un 24%.
El banco señala que el cambio climático es un desafío clave para el turismo en España. “Sin embargo, la acción para abordar el desafío del cambio climático también puede ser una oportunidad, dadas las crecientes preferencias de los turistas por la sostenibilidad.”
Proponiendo medidas para mitigar los efectos negativos del calor extremo en el flujo turístico, como inversiones en infraestructuras, modernización de sistemas de aire acondicionado, la creación de espacios verdes con sombra, el banco también señala que el gasto turístico durante el verano ha crecido más en los municipios menos calurosos de España.
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