Hombre “torturado” está vinculado a cuatro desapariciones.

Juan Torres Serra, conocido como El Pirata, ha sido sometido a una cirugía de emergencia en el Hospital Son Espases después de ser víctima de un brutal asalto en una finca en Binissalem el viernes por la mañana.

El ataque ha sido descrito como tortura. Tres intrusos lo ataron a una cama y lo agredieron con objetos contundentes y un hacha. Después de unos 45 minutos, abandonaron la propiedad. A pesar de las graves lesiones en su rostro y cuerpo, logró pedir ayuda. La Guardia Civil y los médicos llegaron poco después de las 9 de la mañana.

Es un criminal conocido que se sospecha está involucrado en la desaparición de cuatro hombres en Mallorca e Ibiza desde finales de la década de 1990.

Los investigadores afirman que el ataque no tenía como objetivo matarlo, sino causarle el mayor daño posible. Creen que está relacionado con las desapariciones y que se buscaba información sobre el paradero de al menos uno de los cuatro desaparecidos. También podría haber sido una advertencia para que abandonara la propiedad.

Él la ocupó después de que el propietario, Antonio Llabrés, desapareciera en 2020. El inquilino de la propiedad, fue arrestado en diciembre de ese año pero puesto en libertad bajo fianza. No se ha encontrado ningún cuerpo y no ha habido confesión.

Los atacantes abandonaron la escena en un viejo Volkswagen Golf gris, matrícula IB9924CY. La Guardia sospecha que el coche había sido robado.

Ahora con 61 años y procedente de Ibiza, Juan Torres Serra fue condenado a nueve años de prisión por dos secuestros en Ibiza antes de la desaparición del primero de los cuatro desaparecidos en 1997, un abogado, Antonio Ferrer Juan. Fue puesto bajo investigación y luego arrestado al año siguiente después de que el coche de Ferrer fuera encontrado en una propiedad en Ibiza. Esta pertenecía a un alemán, Thomas Egner. Él también desapareció.

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En 2008, un tercer hombre, Francisco López, desapareció en Ibiza. Torres volvió a estar entre los sospechosos. Para ese entonces, ya vivía en Mallorca y no fue arrestado. Y en el verano de 2020, Antonio Llabrés, de 50 años, desapareció.