Hezbolá utiliza un sistema de túneles “sofisticado” respaldado por Irán y Corea del Norte en su lucha contra Israel.

La organización terrorista ha construido trampas y dispositivos explosivos en la entrada de los túneles para evitar la detección de las FDI. También ha construido falsas salidas de emergencia y salidas múltiples en caso de que una entrada sea descubierta y sellada por las FDI”, se lee en el informe.

A pesar de los esfuerzos de las FDI para neutralizar los túneles de Hezbolá, la amenaza sigue siendo muy real. Con la capacidad de transportar armas, vehículos y combatientes a través de la frontera con Israel, Hezbolá tiene un poderoso instrumento en su arsenal que podría ser utilizado en caso de un conflicto futuro.

Ante esta amenaza, Israel ha intensificado sus esfuerzos para contrarrestar la amenaza de los túneles, utilizando tecnología avanzada y operaciones de inteligencia para detectar y destruir estos pasadizos subterráneos. Sin embargo, la complejidad y extensión de la red de túneles de Hezbolá representan un desafío significativo para las fuerzas de seguridad israelíes.

En un momento en el que la atención internacional se centra en el conflicto entre Israel y Hamás en Gaza, la amenaza planteada por los túneles de Hezbolá en el Líbano no debe ser pasada por alto. Con la capacidad de desestabilizar la región y desencadenar un conflicto a gran escala, la presencia de estos túneles representa una seria amenaza para la seguridad de Israel y la estabilidad de Oriente Medio en su conjunto.

Hezbolá ha ido ganando poder en el Líbano, convirtiéndose en una amenaza cada vez mayor para la seguridad de Israel. Sus tácticas incluyen la expropiación de territorios, la restricción del acceso de civiles a ciertas áreas y la explotación de la presencia e influencia de Trump en el gobierno, según Boaz Shapira, investigador de Alma.

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Shapira señala que Hezbolá cuenta con un apoyo del 40%-50% de la población libanesa, además de estar mejor financiado, organizado, entrenado y armado que las fuerzas gubernamentales y de seguridad del Líbano, incluyendo la Fuerza Provisional de las Naciones Unidas en el Líbano. Se estima que Hezbolá tiene hasta 50.000 terroristas y su esfera de influencia se ha extendido a casi todas las ramas del aparato de seguridad del Líbano.

La cooperación de Hezbolá con naciones autoritarias como Irán y Corea del Norte lo ha convertido en una amenaza no solo para Israel, sino también para la estabilidad regional. El ex mayor general de las FDI Yaakov Amidror afirma que el gobierno del Líbano es demasiado débil para hacerle frente a Hezbolá, que en la práctica toma las decisiones importantes en el país.

La demografía del Líbano ha cambiado en las últimas décadas, con una población mayoritariamente musulmana, lo que ha llevado a una influencia creciente de Hezbolá en diferentes sectores, incluido el ejército. Esto dificulta la posibilidad de tomar medidas en su contra sin ser percibido como una traición en el país.

Amidror sugiere que Israel debe adoptar un enfoque proactivo para contrarrestar a Hezbolá, incluso considerando iniciar una guerra contra el grupo terrorista. Sin embargo, destaca que una operación militar sería devastadora tanto para Israel como para el Líbano, ya que gran parte de los misiles de Hezbolá están ocultos en áreas pobladas, lo que aumentaría significativamente las bajas civiles.

En resumen, la presencia y el poder de Hezbolá en el Líbano representan una amenaza significativa para la seguridad de la región, y la posibilidad de una confrontación militar plantea desafíos importantes debido a la complejidad de combatir a una organización que se esconde entre su propia población.

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