El grupo guerrillero kurdo que ha estado luchando contra una insurgencia de larga duración contra Turquía declaró un alto el fuego el sábado, días después de que una llamada de su líder encarcelado para desarmar y disolver la organización elevara las esperanzas de poner fin a un conflicto que ha matado a decenas de miles de personas durante cuatro décadas.
El Partido de los Trabajadores del Kurdistán, o P.K.K., dijo que el alto el fuego comenzaría de inmediato. Pero también pidió la liberación de Abdullah Ocalan, fundador y líder del P.K.K. que ha estado en una prisión turca durante un cuarto de siglo, para que pueda supervisar la disolución del grupo.
Si el P.K.K. se disolviera, resolvería una gran amenaza de seguridad interna y marcaría una victoria política para el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan. Si las negociaciones continúan con el Sr. Ocalan, podría abrir una nueva era de paz en la región donde los kurdos han llevado a cabo una lucha armada en una zona montañosa que se cruza con partes de Iraq, Siria y Turquía.
Pero todavía hay muchas preguntas sin respuesta.
“Esto es solo la primera oración”, dijo Asli Aydintasbas, miembro senior de la Institución Brookings, sobre la llamada de Ocalan a todos los grupos para que se desarmen.
No está claro si Turquía cesará las operaciones armadas contra el P.K.K., quién supervisaría cualquier tregua o qué sucedería con los combatientes que dejen las armas. También está la cuestión de si el gobierno ha ofrecido algo a cambio a los combatientes kurdos.
Pero un alto el fuego permitiría a los kurdos iniciar consultas internas y celebrar congresos locales para forjar un camino democrático hacia adelante, algo que los kurdos en Turquía y Siria han dicho que quieren hacer.
El anuncio del P.K.K. llegó dos días después de que Ocalan dijera que el grupo había sobrepasado su vida útil y debería disolverse, un mensaje raro de un líder con gran influencia sobre los combatientes kurdos en Turquía, pero también en la región, incluyendo en Siria e Iraq.
La declaración del P.K.K., difundida por la Agencia de Noticias Firat, un sitio de noticias vinculado al P.K.K., dijo que “ninguna de nuestras fuerzas tomará acciones armadas a menos que sean atacadas.”
En los últimos años, el ejército de Turquía ha degradado las habilidades de combate del P.K.K., lo que los analistas dicen que puede haber contribuido a su disposición a discutir el fin de su lucha.
Los combatientes del P.K.K. reverencian a su líder, el Sr. Ocalan, y se espera que atiendan su llamado, pero la declaración condicional del grupo sugiere que seguirá utilizando su influencia en el proceso de negociación.
“Para este tipo de organizaciones, los alto el fuego son un medio para ganar tiempo, superar contratiempos militares y resolver las grietas entre los miembros”, dijo Oytun Orhan, analista del Centro de Estudios del Medio Oriente con sede en la capital turca, Ankara.
El gobierno turco no comentó de inmediato sobre la declaración del P.K.K. o sobre la petición del grupo de liberar a Ocalan.
Pero el viernes, el Sr. Erdogan acogió con beneplácito la apelación de Ocalan, que llegó después de una serie de conversaciones que incluyeron a funcionarios turcos; al propio Ocalan; y miembros del principal partido prokurdo de Turquía, el Partido de la Igualdad y Democracia del Pueblo, o D.E.M.
“Tenemos una oportunidad histórica de dar un paso hacia la demolición del muro de terror” entre turcos y kurdos, dijo. Agregó que los funcionarios turcos seguirían trabajando para poner fin al conflicto, sin especificar en qué consistiría eso.
El Sr. Erdogan dijo en enero que el gobierno no había ofrecido concesiones al P.K.K.
El P.K.K. comenzó como un grupo secesionista que buscaba crear un estado independiente para la minoría kurda de Turquía, pero más recientemente ha dicho que buscaba mayores derechos para los kurdos dentro de Turquía.
Turquía, Estados Unidos y otros países clasifican al Sr. Ocalan como terrorista y al P.K.K. como grupo terrorista por sus ataques que han matado a fuerzas de seguridad turcas y civiles. Muchos turcos ven al Sr. Ocalan, quien fue condenado en 1999 por liderar un grupo terrorista armado, como uno de los mayores enemigos del país.
Turquía y el P.K.K. han intentado resolver el conflicto a lo largo de los años, más recientemente a través de conversaciones de paz que comenzaron en 2011. Las negociaciones se rompieron en 2015, dando paso a una nueva fase mortífera.
Pero en octubre pasado, un poderoso aliado político de Erdogan hizo un llamado público sorprendente a Ocalan, pidiéndole que ordenara a sus combatientes que dejaran las armas y pusieran fin al conflicto. Hacerlo, dijo el político, podría abrir un camino para que se ponga fin a su cadena perpetua.