Al parecer, la sede de la Fundación Miguel Hernández ha sido objeto continuo de ataques vandálicos en los últimos años, pero el presidente, Autor Larrabide, dice que no puede más.
El sábado por la noche, un grupo de personas arrojó piedras al edificio propiedad del Ayuntamiento de Orihuela y ubicado en el Rincón Hernandiano, junto a la Casa-Museo del poeta, rompiendo ventanas en la parte trasera de la propiedad.
Con la certeza de que las cámaras de seguridad están inoperativas, un grupo de personas comenzó a arrojar grandes piedras contra la fachada, dejando el cristal de una de las ventanas hecho añicos.
La piedra, que penetró en el interior del edificio, también causó la rotura de una de las vitrinas dentro de la sede, que protege varias copias originales de valiosas publicaciones y libros sobre la obra de Hernández. Afortunadamente, nadie entró en el edificio y no hubo más daños materiales en el interior.
Se cree que el ataque tuvo lugar durante la noche del viernes/sábado cuando el edificio estaba cerrado. Según Larrabide, no es la primera vez que esto sucede. Dijo que ha denunciado ataques anteriores en febrero y marzo.
En las tres ocasiones, los ataques estaban dirigidos contra la misma ventana.
Larrabide, y su predecesor en la cabeza de la Fundación, Juan José Sánchez, critican el hecho de que el sistema de videovigilancia, que también ha sido objeto de ataques, siga completamente inoperativo. “Las cámaras no han funcionado durante meses y están desenfocadas”, dice Larrabide en una carta dirigida al alcalde, Pepe Vegara.
Larrabide afirma que también ha puesto el asunto en conocimiento del Concejal de Cultura, Gonzalo Montoya, sin recibir respuesta.