España cerró escuelas y evacuó residentes mientras fuertes lluvias azotaban el país el miércoles, dos semanas después de las peores inundaciones en una generación que mataron a más de 200 personas.
La oficina meteorológica nacional AEMET colocó la provincia sureña de Málaga y la región nororiental de Cataluña en alerta roja, el nivel más alto, por fuertes lluvias esperadas hasta el viernes.
Pronostica que podrían caer hasta 180 milímetros de lluvia en solo 12 horas bajo una alerta roja.
También se esperan lluvias menos severas en la región oriental de Valencia, pero las autoridades locales advirtieron que debido a que los sistemas de alcantarillado están obstruidos con barro podrían tener dificultades para hacer frente.
La tormenta del 29 de octubre mató a 223 personas, en su mayoría en la región de Valencia, destruyó infraestructuras, devastó edificios y sumergió campos. Se espera que la factura final se eleve a decenas de miles de millones de euros.
“No hay nada que perder ahora”, dijo Carlos Molto, un residente del suburbio de Picanya de la ciudad de Valencia, a la cadena de televisión local A Punt.
– Evacuaciones en Málaga –
Partes de la ciudad de Paiporta, uno de los lugares más afectados, volvieron a inundarse después de un titánico esfuerzo de limpieza, según el periódico local Las Provincias.
Muchas personas habían barricado sus hogares con tablones o sacos de arena para tratar de protegerlos de nuevas inundaciones.
La lluvia también significó el cierre de escuelas y universidades en gran parte de Valencia, la región sureña de Andalucía y Cataluña.
El ayuntamiento de Málaga dijo que había ordenado la evacuación de casas ubicadas en las orillas del río Campanillas local debido al riesgo de inundaciones.
El inicio de la final de la Copa Billie Jean King de tenis entre España y Polonia en la ciudad sureña también se pospuso el miércoles.
Los gobiernos regionales de Andalucía y Cataluña enviaron alertas de emergencia a los teléfonos móviles advirtiendo a la gente que fuera cautelosa.
Los críticos han cuestionado la eficacia del sistema de alerta de la región de Valencia durante la tormenta de octubre, cuando en algunos casos solo llegó a los teléfonos de los residentes cuando el agua de las inundaciones ya estaba corriendo por los pueblos.
La indignación hacia las autoridades por su presunta mala gestión antes y después de las inundaciones desencadenó protestas masivas el sábado. La más grande, en la ciudad de Valencia, reunió a 130,000 personas.
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