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Se han rendido merecidos homenajes a Francesc Antich, quien falleció el jueves. Un hombre inherentemente decente, mucho se ha dicho en las últimas 24 horas sobre cómo el ex presidente balear demostró cómo podrían funcionar los gobiernos de coalición en España. Encabezó dos coaliciones, la segunda de las cuales, de 2007 a 2011, no sobrevivió los cuatro años completos. La Unió Mallorquina formaba parte de esta coalición. Las numerosas acusaciones de corrupción dirigidas a la UM fueron tan graves que fueron expulsadas de la coalición en 2010.
El PSOE de Antich estaba en alianza con la UM centrista y el llamado Bloc, que estaba más a la izquierda que el PSOE. Había tensiones entre la UM y el Bloc. En un área específica de política, el transporte, eran los socialistas mallorquines del PSM quienes estaban principalmente en desacuerdo con la UM.
Poco después de las elecciones de 2007, el Majorca Daily Bulletin publicó un artículo que explicaba que el periodo en el cargo sería conocido como ‘La Era del Tren’. Con retrospectiva, esto terminaría sonando desafortunado, dada la alusión a Jimmy Savile. Pero en ese momento parecía apropiado. Incluso Antich mismo utilizó una expresión similar (aunque no en inglés).
Los ferrocarriles iban a ser un gran tema de la segunda presidencia de Antich. Los dos proyectos principales eran la reapertura de la línea Manacor-Arta y la extensión de Sa Pobla a Alcudia. La financiación para ambos proyectos estaba lista. El Gobierno español del PSOE de José Luis Rodríguez Zapatero estaba totalmente a favor; era el dinero del Gobierno español.
Todos sabemos, por supuesto, que ninguno de los dos proyectos despegó. Esto no fue debido a la crisis financiera, aunque la austeridad bajo el Partido Popular a partir de 2011 llevó a la cancelación del proyecto Manacor-Arta. Para 2011, Sa Pobla-Alcudia ya era un recuerdo lejano. Se desechó en 2009, siendo un factor clave los desacuerdos entre UM y PSM. El PSM estaba a cargo del transporte. La UM no estaba a favor de la ruta preferida por el ministerio para la extensión ferroviaria, en gran parte porque la UM en el Ayuntamiento de Alcudia no estaba a favor.
Antich intentó convencer al líder de la UM, Miquel Àngel Flaquer, de aceptar la ruta del ministerio. El esfuerzo fue en vano. Alcudia estaba totalmente en contra (el alcalde era de la UM), y por lo tanto todo el proyecto colapsó y el Gobierno español retiró la financiación. La Era del Tren de Antich no sería nada parecido.
En 2025, nos encontramos con una situación en la que el ministerio de movilidad del gobierno actual está en proceso de elaborar licitaciones para los primeros contratos de varios proyectos ferroviarios. Alcudia y Arta son dos de estos. No se ha dado una fecha para cuándo podrían emitirse estas licitaciones.
Es bastante factible que los proyectos pudieran haberse llevado a cabo cuando Antich era presidente. Que no lo hicieran se debió en gran medida a la naturaleza de su coalición.
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