Un ataque a una multitud por un hombre armado con un cuchillo grande en un festival que dejó tres muertos y ocho heridos en la ciudad de Solingen, en el oeste de Alemania, está siendo tratado como terrorismo, dijo la fiscalía federal el domingo.
El sospechoso es un hombre de 26 años de Siria que vivía en una residencia de refugiados a solo unos cientos de metros de donde ocurrió el ataque, dijo la policía el domingo. El hombre, con ropa manchada de sangre, se acercó a un coche de policía y se entregó después de las 11 p.m. el sábado, dijo la policía.
En el ataque del viernes por la noche, el agresor apuntó a los cuellos de sus víctimas para infligir el mayor daño posible, dijo la policía.
Además de planear presentar cargos por asesinato e intento de asesinato en el caso contra el hombre, la fiscalía federal está investigando si era miembro de una organización terrorista extranjera, dijo Ines Peterson, una portavoz de la oficina, el domingo en un comunicado por correo electrónico.
El grupo extremista Estado Islámico elogió al atacante como un “soldado del Estado Islámico”, pero no estaba claro si el grupo tenía alguna conexión con este ataque en particular.
El partido de extrema derecha Alternativa para Alemania, que ha hecho campaña principalmente en contra de los extranjeros y está listo para obtener importantes avances en tres elecciones estatales el próximo mes, aprovechó la noticia. Incluso antes de que la identidad del atacante fuera confirmada por la policía, uno de sus líderes pidió cambios en la “política de migración y seguridad”.
Las autoridades habían arrestado anteriormente a dos personas que luego se determinó que probablemente no eran los atacantes reales, dijo Herbert Reul, ministro del Interior del estado de Renania del Norte-Westfalia, donde se encuentra Solingen, en una entrevista el sábado con el canal de televisión alemán ARD.
Un niño de 15 años, que fue arrestado temprano el sábado, está siendo investigado por no haber alertado a la policía cuando se enteró de planes inminentes de ataque, dijeron fiscales. Un hombre arrestado por una unidad de policía fuertemente armada el sábado por la noche en la instalación de vivienda de refugiados donde también vivía el principal sospechoso está siendo tratado como testigo, dijeron la policía y el Sr. Reul.
El sábado, el alcalde de Solingen, el gobernador del estado y otros líderes políticos se reunieron en una plaza del centro a varios cientos de metros de donde ocurrió el ataque para lamentar a las víctimas. Fue una repetición inquietante de un servicio similar improvisado celebrado en Mannheim, otra ciudad en el oeste de Alemania, donde hace solo tres meses un refugiado afgano atacó una manifestación antiinmigrante con un cuchillo y mató a un policía que intentaba intervenir.
El domingo, que se suponía que sería el último día de un festival que celebraba una ciudad conocida principalmente por hacer cuchillos y tijeras, un grupo de dolientes se reunió en un servicio celebrado en una iglesia al lado del lugar del ataque.