Las autoridades finlandesas dijeron el domingo que habían liberado un petrolero confiscado en diciembre por sospechas de que había cortado deliberadamente cables submarinos vitales, pero que la investigación criminal sobre el episodio continuaría. Las autoridades dijeron el año pasado que el barco, el Eagle S, parecía pertenecer a la flota sombra de Rusia, aumentando las preocupaciones sobre una campaña encubierta para sabotear la infraestructura europea. El domingo, la policía finlandesa dijo que, dado que la investigación criminal “ha avanzado”, el petrolero envejecido era libre de irse y que los funcionarios de fronteras habían escoltado el barco fuera de las aguas territoriales del país. Petteri Orpo, primer ministro de Finlandia, dijo en una entrevista con Yle, la radiodifusora pública del país, que “el proceso y la investigación criminal continuarán”. Los investigadores aún estaban examinando los materiales recopilados después de una “investigación forense” a bordo y seguirían entrevistando a la tripulación, según la policía. Ocho miembros de la tripulación son sospechosos de delitos penales, incluyendo daños criminales agravados y interferencia agravada con las comunicaciones, dijo la policía en un comunicado. Cinco pudieron salir de Finlandia la semana pasada, mientras que a los otros tres todavía se les prohibía salir, según el comunicado. La policía dijo que las autoridades esperaban concluir la investigación para finales de abril. El corte de los cables en el Mar Báltico a finales de diciembre se produjo después de una serie de incidentes similares y llevó a la OTAN a reforzar la seguridad en la región. En enero, las autoridades suecas también confiscaron un barco y dijeron que sospechaban de “sabotaje grave” después de que otro cable submarino resultara dañado. El mes pasado, la Unión Europea prometió aumentar la seguridad después de otro corte de cable. El Eagle S, registrado en las Islas Cook en el Pacífico Sur, había estado navegando desde San Petersburgo, Rusia, hacia Port Said, Egipto, cuando fue confiscado. Funcionarios occidentales han temido durante mucho tiempo que la llamada flota sombra de Moscú pueda ser utilizada para evadir sanciones impuestas por la invasión a gran escala de Ucrania por parte del Kremlin. Los episodios de cables cortados suscitaron preocupaciones de que la flota sombra también podría ser utilizada para el sabotaje.
