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El nuevo presidente de la Asociación de Restaurantes de la CAEB, Juanmi Ferrer, afirma que la escasez de personal que ya se evidenciaba en 2022 y 2023 ha empeorado y ha llevado a una reducción en el horario de apertura. Los restaurantes se han visto obligados a cerrar en ciertos momentos del día.
Al mismo tiempo, y como la asociación ha estado señalando desde junio, ha habido un menor gasto. Al asumir la presidencia la semana pasada, Ferrer afirmó que había habido una caída del 30% en la facturación.
Agrega que una temporada alta débil minimiza las posibilidades de permanecer abiertos más allá de octubre, especialmente en las zonas turísticas. “Quien pueda abrirá. Los restaurantes que estén mejor organizados y tengan una red de clientes locales resistirán”. Él cree que los restaurantes en áreas turísticas quieren permanecer abiertos después del final de la temporada, “siempre que la situación lo permita”. (Dicho esto, muy pocos lo hacen).
El negocio en temporada alta, explica Ferrer, determina si los restaurantes permanecen abiertos o no. “Si han tenido una buena temporada, es posible que abran en invierno. Pero si no la han tenido, lo pensarán dos veces”.
Es una historia similar en el sector minorista. Carolina Domingo de la asociación Pimeco dice: “Las tiendas que tienen una mala temporada simplemente no abrirán. Estamos de vuelta a como estábamos años atrás, con muchas partes de la isla casi sin actividad en los meses de invierno”.
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