Jimmy Carter tenía una confianza inquebrantable en su camino hacia la Casa Blanca, apostando a que los estadounidenses, cansados por Vietnam y Watergate, recibirían con agrado a un nuevo tipo de presidente: un agricultor de maní que llevaba sus propias maletas, se preocupaba por la factura de la calefacción y era sincero. Y por un tiempo, los votantes lo aceptaron con gusto.
Sin embargo, tras una presidencia considerada fallida, parecía que lo único que quedaba de Carter era su sonrisa: la amplia sonrisa con dientes que lo ayudó a ser elegido, pero que luego lo convirtió en un símbolo de la ingenuidad. A pesar de eso, Carter tuvo una pospresidencia mucho más larga que su mandato y vio cómo el veredicto de la historia se suavizaba antes de su fallecimiento a los 100 años.
Carter ingresó a cuidados paliativos en casa después de una serie de hospitalizaciones, confirmó el Centro Carter el 18 de febrero. Su esposa, Rosalynn Carter, falleció el 19 de noviembre de 2023.
Aunque Carter no logró todo lo que se propuso en su presidencia, su constante preocupación por los derechos humanos a nivel internacional y por el tema de energía y medio ambiente puede considerarse profético. Su intermediación en los Acuerdos de Camp David de 1978 entre Israel y Egipto fue un hito en la diplomacia moderna.
En una época en la que solo seis mujeres habían servido en el gabinete de un presidente, Carter nombró a tres de ellas, junto con tres de las cinco mujeres que alguna vez fueron subsecretarias de departamento. Su esposa, Rosalynn, también desempeñó un papel importante en la política como defensora de la salud mental y participando en reuniones del gabinete.
Carter, que creció en una casa sin plomería interior en la zona rural de Georgia, fue el único presidente que vivió en viviendas públicas. A pesar de provenir de un entorno segregacionista, al asumir el cargo en la Cámara de Representantes proclamó que “el tiempo de la discriminación ha terminado” y fue aclamado como el rostro del Nuevo Sur de Estados Unidos.
La vida de Carter siguió un arco clásico de Horatio Alger, desde sus humildes inicios hasta convertirse en presidente. A lo largo de los años, construyó casas Hábitat para la Humanidad, supervisó elecciones extranjeras y continuó ofreciendo evaluaciones sinceras de sus sucesores. A pesar de ser considerado en el tercer cuartil de presidentes efectivos, Carter prefirió resumir su presidencia con las palabras de su vicepresidente: “Obedecimos la ley, dijimos la verdad y mantuvimos la paz”.
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