La destrucción causada por las inundaciones más mortales de España en una generación en uno de los motores económicos del país dejará una factura enorme para el estado y el sector de seguros.
La catástrofe de la semana pasada, que ha matado a más de 210 personas en todo el país, arrasó edificios, arrastró autos, inundó campos y destrozó la infraestructura de transporte y energía en la rica región oriental de Valencia.
El país europeo ahora se enfrenta a su “mayor desastre por un evento climático”, dijo Mirenchu del Valle Schaan, presidenta de la federación de aseguradoras españolas UNESPA.
Aún es demasiado pronto para estimar los costos totales, pero sin duda serán “extremadamente altos”, dijo Celedonio Villamayor, director del consorcio CCS responsable de pagar compensaciones después de desastres naturales, a la radiodifusora pública TVE.
El jefe de la Cámara de Comercio de Valencia, José Vicente Morata, dijo al mismo canal que la factura final superaría los 10 mil millones de euros.
Para comparación, las devastadoras inundaciones de julio de 2021 que costaron más de 200 vidas en Alemania, Bélgica, Francia, Austria y los Países Bajos costaron casi 43 mil millones de dólares, según la reaseguradora Swiss Re.
Las finanzas públicas del estado español, que ya están luchando por reducir su déficit de acuerdo con las normas de gasto de la UE, y la región de Valencia se verán afectadas.
El gobierno regional ha propuesto un paquete de ayuda de 250 millones de euros, exenciones fiscales y compensaciones para las empresas.
La limpieza de escombros y la reconstrucción de la infraestructura destruida también serán financiadas por el gobierno central, que ha estimado que esas obras costarán 2.6 mil millones de euros.
– ‘Consecuencias incalculables’ –
Se estima que 4,500 empresas ubicadas en los pisos inferiores de edificios sumergidos por barro y agua resultaron afectadas, según la Cámara de Comercio de Valencia.
Docenas de centros comerciales y polígonos industriales que albergan pequeñas y medianas empresas resultaron dañados y las empresas de transporte perdieron sus camiones.
Entre las empresas más pequeñas que están contando los costos se encuentra BassMotor, una empresa de equipos de limpieza en la región de Valencia cuyo stock fue devorado por las inundaciones.
Después de limpiar el barro, la empresa está esperando ansiosamente la respuesta del gobierno, “que por el momento no parece estar avanzando mucho”, dijo el portavoz Diego Navarro Rodríguez a AFP.
Si la ayuda inmediata no llega, “habrá despidos y cierres”, advirtió Morata.
La inundación de campos supuso un duro golpe para la agricultura en la región de Valencia, uno de los graneros de España y un importante exportador de cítricos.
El sindicato agrícola regional La Unió estima que 50,000 hectáreas de cultivos resultaron afectadas.
Agroseguro, que gestiona el seguro agrícola español, cree que el costo podría ascender a 150 millones de euros en el sector. El sindicato Asaja describió las pérdidas como “catastróficas” con “consecuencias incalculables”.
Las aseguradoras españolas se basan en un fondo común gestionado por el CCS que comparte el costo en todo el sector en caso de desastre natural.
Por lo tanto, el CCS cubre la mayor parte de la compensación y las aseguradoras solo pagan directamente por daños periféricos en áreas no afectadas por las inundaciones.
El sistema está “perfectamente preparado para hacer frente a este tipo de situaciones”, dijo la presidenta de UNESPA, del Valle Schaan.
Se presentaron unos 46,000 reclamos en solo cinco días, dijo el ministro de Economía Carlos Cuerpo, quien espera los primeros pagos esta semana.
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