EXPLICACIÓN: Nueva ley española sobre desperdicio de alimentos – lo que necesitas saber

ESPAÑA ha aprobado una nueva ley que requiere que todas las partes de la cadena de suministro de alimentos tomen medidas contra el desperdicio de alimentos.

La medida establece la responsabilidad legal en productores, distribuidores, minoristas y consumidores.

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, casi un tercio de todos los alimentos producidos a nivel mundial se desperdicia, alrededor de 1.3 mil millones de toneladas al año.

En España solamente, se tiraron 1.3 millones de toneladas de alimentos en 2023. Eso equivale a más de 65kg por hogar.

Así que, ¿cómo te afectará la nueva ley?

El Ministerio de Agricultura de España dice que todos necesitamos dejar de desperdiciar alimentos.

Con mejores prácticas en su lugar, gran parte del desperdicio podría eliminarse.

A partir de este año, una nueva ‘ley de desperdicio de alimentos’ está en efecto.

En España existe un boletín oficial del estado, conocido por sus iniciales (BOE), y las regulaciones recién aprobadas aparecen allí. Una vez que se publican en el boletín oficial, se consideran plenamente en vigor.

La ley de desperdicio de alimentos, después de algunos retrasos, apareció en el BOE el jueves, 3 de abril. Su objetivo es que cada uno de nosotros, personalmente, reduzca nuestro desperdicio en un 50%. Se pide a las empresas involucradas en la producción y suministro de alimentos que reduzcan el desperdicio en un 20% para el año 2030.

Según los términos de la ley, los restaurantes y tiendas DEBEN regalar cualquier alimento sobrante o no deseado. Las organizaciones benéficas pueden luego distribuirlo a los desfavorecidos. Si el alimento está pasado de su fecha de caducidad o está dañado de alguna otra manera, puede ser dado a granjas para su uso como alimento para animales, o utilizado como compost, o como combustible para generar energía.

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Cualquier negocio de alimentos que emplee a menos de diez personas, o cualquier granja que tenga menos de cincuenta trabajadores, está exento.

La nueva ley finalmente hace que el “perro de comida” sea respetable.

Todos los restaurantes y cafés DEBEN proporcionarte un recipiente reciclable gratuito en el que llevar cualquier alimento que no puedas o no elijas comer.

Las únicas excepciones a este nuevo requisito son los restaurantes que ofrecen un menú de todo lo que puedas comer.

Tienes todo el derecho de pedir tu ‘perro de comida’.

La ley, ambiciosamente, también quiere educarnos sobre mejores prácticas alimenticias.

No se intenta interferir en cómo usamos los alimentos en casa, pero se espera que mejoremos, por ejemplo, ‘rotando’ nuestros alimentos, consumiendo primero aquellos paquetes cuya fecha de caducidad está a punto de expirar.

Todos debemos esforzarnos más en planificar nuestro uso de alimentos.

Si vienes de un país como el Reino Unido, donde es muy común ver productos reducidos en los estantes, te sorprenderá lo poco que se hace en España.

Ocasionalmente puedes ver uno o dos productos reducidos, pero generalmente no es común y usualmente no hay secciones específicas de productos reducidos.

Esto probablemente cambiará.

La nueva ley tiene como objetivo transformar ese hábito y fomentar que los supermercados ofrezcan productos cercanos a la fecha de vencimiento, o frutas y verduras ‘feas’, a precios más bajos.

Esto puede ayudar a ahorrar en tu compra semanal y, a su vez, reducir el desperdicio.

Todas las empresas del sector alimentario deben desarrollar e implementar un Plan de Prevención de Pérdidas y Desperdicios de Alimentos.

Este plan debe incluir un análisis de procesos, medidas correctivas, una jerarquía de prioridades.

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Por ejemplo, estarán obligados a crear una jerarquía de qué productos se pueden donar y cuáles deben ser utilizados y consumidos primero.

Se anima a los restaurantes y cafeterías a crear menús más flexibles, para que los clientes puedan elegir porciones más pequeñas o platos principales sin guarniciones, por ejemplo, si no quieren comer tanto.

Esto a su vez anima a los clientes a no pedir alimentos o tamaños de porción que saben que no podrán comer.

Habrá una serie de multas para los establecimientos que no cumplan con la nueva ley o no implementen los puntos anteriores.

Las multas van desde 2.001€ hasta 60.000€ por no tener un plan de prevención de desperdicio de alimentos en su lugar o por el desperdicio intencional de alimentos aptos para el consumo.

En casos de infracciones repetidas o violaciones particularmente graves, incluso pueden llegar hasta 500.000€.