Un lago VITAL en la reserva natural de Doñana en Andalucía se ha secado por tercer año consecutivo, mientras que los expertos advierten sobre la situación “extremadamente preocupante”.
Una vez fue uno de los pocos lagos de los 3,000 del parque que solía retener agua de manera confiable, Santa Olalla se secó por primera vez en 2022, un fenómeno que se ha repetido cada año desde entonces.
En años anteriores, las altas temperaturas del verano han provocado el cambio, pero ahora incluso está ocurriendo en meses más frescos.
“La situación es extremadamente preocupante”, dijo Felipe Fuentelsaz, Coordinador de Agricultura y Agua de WWF España.
“Doñana es uno de los parques nacionales más importantes de Europa, un lugar estratégico para la migración de millones de aves y ahora está en grave peligro”.
La sequía prolongada, el cambio climático y el uso ilegal del agua están secando los humedales, poniendo en mayor riesgo a muchas especies en peligro de extinción.
“Se ha perdido alrededor del 70% del agua que llegaba en 30 años”, dijo Fuentelsaz.
“Eso tiene un impacto directo en la vida silvestre. Recibimos solo un tercio de las aves que solíamos tener antes, por ejemplo, solían haber alrededor de 80,000 gansos que venían del norte de Europa. Ahora apenas son 10,000”.
Los efectos ambientales del cambio climático se ven agravados por el uso ilegal del agua de Doñana para la agricultura.
“Alrededor del 20% de las granjas alrededor de Doñana utilizan fuentes de agua ilegales”, dijo Fuentelsaz al Olive Press.
“Los agricultores toman agua de acuíferos que una vez alimentaban el parque y de pozos ilegales. Se ha roto el equilibrio ecológico”.
La WWF está tratando de restaurar este equilibrio mediante la denuncia del abuso del agua y la eliminación de pozos ilegales.
También están trabajando con agricultores locales y supermercados españoles para ayudarles a evitar alimentos cultivados con fuentes de agua ilegales.
Sin embargo, una de las tareas más importantes de la WWF es restaurar los lagos y los arroyos que los alimentan para que la vida silvestre pueda regresar al parque.
“Nuestro trabajo de restauración es esencial, necesitamos salvar Doñana”, dijo Fuentelsaz.