Jonathan Head is the South East Asia correspondent who reported on the arrest of former President Rodrigo Duterte in the Philippines. Duterte was taken into custody by Philippine police after the International Criminal Court issued a warrant accusing him of crimes against humanity related to his controversial “war on drugs”. Despite being questioned about the warrant, Duterte offered no apologies for his brutal anti-drug campaign, which resulted in thousands of deaths during his time as president. The arrest was praised by activists as a step towards justice for the victims of Duterte’s drug war. Duterte’s arrest also marked a turning point in Philippine history, according to political scientist Richard Heydarian. Duterte’s successor, President Ferdinand Marcos Jr, has indicated that the Philippines will cooperate with the ICC investigation. The relationship between the Duterte and Marcos families has soured in recent months, leading to uncertainty about whether Marcos will extradite Duterte to stand trial at The Hague. The “war on drugs” initiated by Duterte during his time as mayor of Davao has been criticized for its harsh tactics and alleged human rights abuses. Despite the controversy surrounding his drug war, Duterte remains unapologetic and maintains that he acted in the best interest of his country. Jonathan Head Cubrió casos desde noviembre de 2011, cuando Duterte era alcalde de Davao, hasta marzo de 2019, antes de que Filipinas se retirara de la CPI.
Desde que asumió el poder, Marcos ha reducido la campaña antidrogas de Duterte y prometió un enfoque menos violento para el problema de las drogas.
‘Donald Trump del Este’
Duterte sigue siendo ampliamente popular en Filipinas ya que es el primer líder del país proveniente de Mindanao, una región al sur de Manila, donde muchos se sienten marginados por los líderes en la capital.
A menudo habla en cebuano, el idioma regional, no en tagalo, que es más hablado en Manila y en las regiones del norte.
Cuando dejó el cargo en 2022, casi nueve de cada diez filipinos dijeron estar satisfechos con su desempeño como presidente, una calificación nunca antes vista entre sus predecesores desde la restauración de la democracia en 1986, según el instituto de investigación Social Weather Stations.
Su retórica populista y sus declaraciones directas le valieron el apodo de “Donald Trump del Este”. Ha llamado a Vladimir Putin, presidente de Rusia, su “ídolo” y bajo su administración, Filipinas ha pivotado su política exterior hacia China, alejándose de Estados Unidos, su aliado de larga data.
Marcos restableció los lazos de Manila con Washington y criticó al gobierno de Duterte por ser “lacayos chinos” ya que Filipinas está en disputa marítima con China.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de China dijo el martes que estaba “monitoreando de cerca el desarrollo de la situación” y advirtió a la CPI contra la “politización” y los “dobles estándares” en el arresto de Duterte.
La hija y heredera política de Duterte, Sara Duterte, es señalada como una posible candidata presidencial en 2028. El actual presidente, Marcos, está impedido por la constitución de buscar la reelección.
Reporte adicional por Virma Simonette en Manila y Kelly Ng en Singapur