Estrategias para Reducir Errores Diagnósticos en Entornos de Atención al Paciente

Las organizaciones de atención médica se han centrado en mejorar los resultados de los pacientes durante años. Sin embargo, recientemente, el impacto de los errores de diagnóstico en los resultados ha sido sometido a un escrutinio más intenso. Algunas investigaciones sugieren que casi 800,000 estadounidenses mueren o quedan permanentemente discapacitados cada año debido a un diagnóstico erróneo.

Una razón por la que el impacto de los errores de diagnóstico a menudo es subestimado es por falta de datos. En pocas palabras: Los errores de diagnóstico no siempre son claramente identificables. No son como los errores quirúrgicos o las caídas de los pacientes que son fácilmente reconocibles y reportados. En cambio, los errores de diagnóstico tienden a ocurrir a lo largo de un continuo de miembros del equipo de atención médica y cuidadores. A menudo, no hay retroalimentación para saber cuándo se ha producido un error, y mucho menos cómo ocurrió.

En realidad, el diagnóstico es verdaderamente un “deporte de equipo”. Es un viaje, un proceso que involucra muchos aspectos diferentes. En 2015, un informe titulado Mejorar el Diagnóstico en la Atención Médica destacó la naturaleza crítica de los errores de diagnóstico y proporcionó un camino específico hacia la excelencia diagnóstica. Esta investigación sigue siendo crucial hoy en día a medida que seguimos impulsando mejoras en la atención médica abordando las complejidades del proceso de diagnóstico, y la clave es comprender qué podemos hacer para fortalecer al equipo diagnóstico.

Primer paso: Identifica tus vulnerabilidades

El primer paso para reducir los errores de diagnóstico es admitir que a veces el proceso de diagnóstico falla, y no siempre sabemos qué jugadores en el equipo pueden ayudar a prevenir ese fallo. Sin embargo, podemos examinar y abordar las vulnerabilidades en el proceso de diagnóstico.

Para mitigar el riesgo de errores de diagnóstico, las organizaciones de atención médica deben aprovechar los datos para señalar las vulnerabilidades únicas de su proceso de diagnóstico. Pueden comenzar analizando tanto sus propios datos como los datos de toda la industria.

Por ejemplo, es importante comprender dónde ocurren los errores de diagnóstico en su sistema. Para muchos sistemas de salud, los errores de diagnóstico son la causa más común de reclamaciones por negligencia en entornos ambulatorios, especialmente en lo que respecta a diagnósticos relacionados con el cáncer. Además, aunque los eventos relacionados con diagnósticos erróneos de cáncer pueden ser más comunes en el entorno de la oficina, los casos de presuntos errores de infección e ictus ocupan los primeros lugares en el departamento de urgencias.

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Algunas otras fuentes de datos que podrían ayudar a las organizaciones a descubrir las debilidades dentro de su distintivo proceso de diagnóstico incluyen datos de eventos adversos, datos de quejas de pacientes, análisis de reclamaciones por negligencia médica, métricas de calidad y revisiones por pares. Las organizaciones también pueden aprender de muchos estudios de casos públicamente disponibles sobre diagnósticos fallidos.

Segundo paso: Empodera a tu equipo

El segundo paso para reducir los errores de diagnóstico es asegurarse de que todos los miembros del equipo de diagnóstico reconozcan sus roles. Eso significa adoptar el concepto de un equipo diagnóstico y educar a los proveedores y equipos de atención sobre su contribución a él.

Los proveedores reciben datos e inteligencia de múltiples fuentes para informar un diagnóstico. Estos pueden incluir pruebas de laboratorio, estudios de radiología, consultas y una amplia gama de clínicos de atención primaria, clínicos especializados, fisioterapeutas, personal de oficina, personal de centros de llamadas, etc., algunos de los cuales a menudo son pasados por alto. Todas estas personas tienen la oportunidad de compartir información relevante. Igual de importante, deben ser responsables de detectar datos faltantes y vulnerabilidades en el proceso de diagnóstico, y llevarlos a la atención del equipo.

La verdad es que tantos individuos y sistemas suministran datos e inteligencia diagnóstica que hacer un diagnóstico generalmente no recae en un solo individuo. Recientemente, la Agencia para la Investigación y Calidad de la Atención Médica (AHRQ) incluso lanzó un curso de mejora del diagnóstico como parte de su programa TeamSTEPPS® que apoya el concepto de diagnóstico como un deporte de equipo.

Tercer paso: Implementa soluciones

Una vez que las organizaciones de atención médica identifican sus exposiciones diagnósticas y educan a sus equipos diagnósticos, el paso final es combinar esas actividades en una mejora procesal accionable. Si bien cada organización tendrá sus propios desafíos para abordar, algunas áreas típicas de oportunidad incluyen la participación del paciente, la comunicación y la documentación.

La participación del paciente puede no venir inmediatamente a la mente como una forma de mejorar el proceso de diagnóstico. Sin embargo, los pacientes son miembros cruciales del equipo diagnóstico. Los pacientes que no están suficientemente comprometidos en su atención pueden no seguir adelante con las pruebas diagnósticas apropiadas o las derivaciones a especialistas, lo que puede causar retrasos significativos en el diagnóstico.

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Por lo tanto, las organizaciones pueden mitigar el riesgo de diagnósticos retrasados o perdidos al:

– facilitar una conversación enfocada con el paciente y la familia para obtener una historia completa del problema, la preocupación o la inquietud, y una comprensión clara de los síntomas del paciente.

– ayudar a los pacientes a comprender por qué necesitan seguir los siguientes pasos recomendados por sus proveedores.

– poner sistemas en marcha para rastrear y gestionar el seguimiento de los pacientes.

Las organizaciones deben alentar a los pacientes a participar activamente en su atención hablando con sus proveedores, así como aprovechando los portales para revisar los resultados de las pruebas y otros detalles. Además de mejores resultados, un beneficio no clínico de fomentar una comunicación continua y transparente con los pacientes es que los pacientes comprometidos que confían y les gustan sus proveedores pueden ser menos propensos a presentar una reclamación por negligencia en caso de un diagnóstico retrasado o perdido.

De manera similar, los datos sugieren que los procesos de recopilación y compartición de información a través y dentro del equipo de atención pueden ser impulsores clave de errores de diagnóstico, lo que hace que la comunicación sea un área fundamental de enfoque.

Con demasiada frecuencia, encontramos que la fragmentación de la atención médica lleva a situaciones en las que la información vital está disponible pero se pierde o está incompleta. Esto es especialmente frecuente en entornos ambulatorios. Ejemplos incluyen cuando:

– el personal de recepción no comunica información esencial a los proveedores.

– los médicos de atención primaria remiten a los pacientes a especialistas sin darles a los especialistas suficiente información para comprender completamente por qué.

Numerosas presiones, como la escasez de personal, el agotamiento y el aumento de la carga de pacientes, por nombrar algunas, dificultan la comunicación. Aún así, las organizaciones de atención médica pueden mitigar el riesgo estableciendo políticas y procedimientos de comunicación claros y evaluándolos regularmente para asegurarse de que se sigan.

Por ejemplo, las organizaciones pueden instar a los proveedores a enviar notas a los especialistas explicando por qué es necesaria la consulta de un paciente antes de que el paciente llegue. También pueden utilizar herramientas de comunicación estandarizadas, como SBAR (Situación, Antecedentes, Evaluación, Recomendación), para promover una comunicación más clara y consistente entre los proveedores.

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La documentación es un aspecto de la comunicación, pero es crítica porque respalda tanto la toma de decisiones clínicas como la continuidad de la atención. Además, como registro legal, una buena documentación a menudo puede proteger a los proveedores en caso de una reclamación por negligencia.

Las organizaciones pueden mitigar el riesgo al alentar a los proveedores a documentar a fondo sus procesos de pensamiento. Los proveedores deben capturar claramente la historia del paciente y la atención brindada, así como la justificación detrás de las decisiones clínicas. Eso significa documentar no solo lo que se hizo y por qué, sino también lo que no se hizo y por qué no. Este tipo de transparencia puede ayudar a establecer que se brindó una atención adecuada, y así ayudar a defenderse contra acusaciones de negligencia.

Equipo más sólido, menos errores, mejores resultados

Reducir los errores de diagnóstico es una parte significativa de los esfuerzos de las organizaciones de atención médica para mejorar los resultados de los pacientes. Al usar datos para reconocer las vulnerabilidades en el proceso de diagnóstico, las organizaciones pueden corregir proactivamente las posibles causas fundamentales de los errores de diagnóstico y así mejorar los resultados.

Pero los datos por sí solos no son suficientes. Las organizaciones también deben empoderar a sus equipos diagnósticos y fomentar un ambiente donde cada jugador del equipo entienda su papel vital en el proceso de diagnóstico. Si bien se necesita de datos para identificar vulnerabilidades, se requiere de trabajo en equipo para resolverlas.

Dana Siegal RN, CPHRM, CPPS, es la Vicepresidenta de Gestión de Riesgos y Análisis en Coverys, un innovador proveedor de seguros de mala praxis médica dedicado a ayudar a los asegurados a anticipar, identificar y gestionar los riesgos para reducir errores y mejorar los resultados. Durante su extensa carrera, Siegal, una enfermera registrada, ha sido Directora de Seguridad del Paciente en CRICO Candello y miembro de la Junta Directiva de la Society to Improve Diagnostic Medicine (SIDM).

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