España se aferra a fragmentos de esperanza en tiempos de desastre.

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Voluntarios y servicios de emergencia están trabajando para limpiar las calles en Paiporta, en España, dos semanas después de que la región fuera golpeada por inundaciones mortales

Las inundaciones y lluvias torrenciales regresaron a la región de Valencia el miércoles por la noche, pero esta vez estaban preparados para ello, y las áreas afectadas hace dos semanas escaparon de un desastre adicional.

Más de 220 personas murieron en esta área costera del este, y la ciudad de Paiporta fue la más afectada con la pérdida de 60 vidas.

En medio de la desesperación, la población local busca comprensiblemente signos de esperanza, como por ejemplo la historia notable de lo que sucedió en la escuela de inglés Whitby.

Cuando toda la calle quedó inundada de agua, el co-director del colegio, Daniel Burguet, golpeó repetidamente una puerta con una pata de silla que acababa de recoger.

Filmado desde un balcón del tercer piso al otro lado de la calle, se ve a Daniel golpeando constantemente contra el cristal.

Está atrapado con su hija de 11 años, Noa, y tres niños más pequeños dentro de la escuela, incapaz de llegar a un piso más alto.

Finalmente, Daniel derriba la puerta del edificio contiguo y, uno por uno, saca a los niños a salvo.

“Cuando logré pasar por esa puerta, me sentí tan aliviado. Finalmente, estábamos a salvo”, me dice Daniel mientras continúa con las reparaciones en la escuela.

En la búsqueda de fragmentos de consuelo, es quizás comprensible que cuando se encuentran historias de valentía, se celebren sin vergüenza.

Los medios locales han aclamado a Danny como el “Héroe de Pairporta”.

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“Hay muchas personas que hicieron lo mismo ese día, muchos ‘héroes’ como yo, si quieres llamarnos así”, dice.

“Me siento bien al respecto. Siento el amor de la gente de aquí. Fui el que fue filmado, pero hubo muchos otros héroes”.

Daniel Burguet ahora es considerado un héroe local después de que un video de él rompiendo una puerta para llevar a cuatro niños a un lugar seguro se volviera viral

Reconstruir las comunidades destrozadas y traumatizadas de España requerirá un esfuerzo heroico que durará meses.

La amenaza no ha desaparecido.

Quince días después de las peores inundaciones que golpearon a un solo país europeo en este siglo, Paiporta sigue llena de bomberos, policías, así como de la Cruz Roja y un ejército de voluntarios diarios.

Pero muchos residentes sienten que el esfuerzo no oficial generado por la comunidad no está siendo igualado por las autoridades, ya sea a nivel regional o nacional.

“Fue un tsunami”, declara Juan José Montane.

Me muestra el video que tomó desde su apartamento mientras los autos flotaban contra las paredes debajo de él.

“Solo gracias a Dios sobreviví”, exclama, haciendo furiosamente el signo de la cruz tres veces.

Aparte de la intervención divina, es la falta de intervención por parte del gobierno de Valencia y central lo que ahora lo está enfureciendo.

“Esto es vergonzoso, nos sentimos abandonados”, dice Juan José.

“Durante cuatro días no vimos llegar al ejército para ayudar. Necesitamos más tropas aquí”.

Su hermana, Lourdes, teme por cómo la ciudad se reconstruirá con tanto perdido y ahora una severa falta de infraestructura.

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“Nos sentimos atrapados aquí. No hay caminos, es horrible”, explica.

“Perdimos todo en esta ciudad, todo”.

Hermano y hermana Juan José y Lourdes Montane dicen que se sienten abandonados por las autoridades

Aunque la gran mayoría de las casas siguen en pie, hay una falta de electricidad, agua caliente o potable en las calles que fueron las más afectadas.

En Paiporta, se han creado montones de autos destrozados en rotondas y en otros lugares fuera del tráfico.

Se estima que hasta 100,000 autos fueron destruidos durante las inundaciones.

Algunos vehículos abandonados que parecen estar bastante intactos, aparte de un capó abollado aquí o una llanta pinchada allá, tampoco se salvan.

En cambio, son agarrados por grúas gigantes que aplastan el parabrisas y levantan los vehículos.

La pérdida de posesiones ha sido inmensa en esta región. La pérdida de vidas aplastante.

Y el trauma aún no ha terminado.

El alcalde ha instado a las personas a quedarse dentro, mientras la población local espera a que la última alerta de inundaciones disminuya.

Reportaje adicional de Bruno Boelpaep y Juan A. Dominguez

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