“
España está tratando desesperadamente de resolver su crisis de vivienda mediante la introducción de todo tipo de medidas, desde límites de alquiler y la limitación de extranjeros no comunitarios no residentes en la compra de propiedades hasta ofrecer incentivos a los propietarios que reduzcan sus alquileres.
Uno de las soluciones obvias es construir más viviendas asequibles. El Banco de España calculó recientemente que el país carece de 500,000 viviendas, la mayoría de las cuales deberían ser públicas.
Un hecho poco conocido es que los gobiernos españoles sucesivos desde 1982 hasta 2023 (tanto de derechas como de izquierdas) permitieron que 2.7 millones de unidades de vivienda pública fueran compradas por empresas privadas, o permitieron que las empresas constructoras privadas primero construyeran viviendas públicas solo para que luego pasaran a sus manos.
El gobierno de Sánchez está tratando ahora de abordar esta falacia que ha convertido a España en el país de la UE con la tasa más baja de vivienda pública, con solo 1.3 unidades por cada 100 habitantes.
Sin embargo, ha surgido una paradoja evitable: la mayoría de las nuevas viviendas que se están construyendo se encuentran en áreas donde la gente no quiere vivir, lo que hace poco para resolver las principales carencias de vivienda en España.
Un informe reciente del Ministerio de Transporte y Movilidad Sostenible de España muestra que entre mayo y noviembre de 2024 Madrid, Barcelona, las Islas Baleares y Canarias fueron las cuatro áreas con el mayor déficit de viviendas.
En estas ciudades y regiones tan demandadas, la construcción se ha detenido o ha experimentado aumentos mínimos en la construcción o incluso disminuciones.
En Madrid, donde se estima que se necesitan 107,000 viviendas para satisfacer la demanda, la construcción ha caído un 1.47 por ciento.
En Barcelona, donde hay un déficit de 85,000 viviendas, el crecimiento ha sido solo del 1.95 por ciento.
La situación es aún más problemática en las Islas Baleares y Canarias, con disminuciones del 11.44 por ciento y más del 20 por ciento, respectivamente.
La única provincia que ha respondido positivamente a la demanda de viviendas es Sevilla, donde el número de viviendas en construcción ha crecido más del 30 por ciento durante ese período de siete meses, hasta alrededor de 13,000 unidades.
En Málaga hay un déficit de 15,000 viviendas, pero se estima que más de 10,500 se venden anualmente a no residentes, y la tasa de nuevas construcciones ha crecido moderadamente un 6.38 por ciento.
En Alicante, en la Costa Blanca, con casi 20,000 viviendas compradas anualmente por no residentes, ha habido un crecimiento del 9.21 por ciento.
En Valencia, que también sufre mucho en esta crisis de vivienda, la construcción ha aumentado un 3.87 por ciento, pero aún se considera un porcentaje insuficiente para satisfacer la demanda según los expertos.
Entonces, si las propiedades no se están construyendo en las áreas que más las necesitan, ¿dónde se supone que debe ocurrir toda esta construcción?
La provincia de Palencia en Castilla y León ha visto el mayor crecimiento en nuevas propiedades con un aumento de más del 159 por ciento entre mayo y noviembre de 2024.
Pero Palencia es una de las áreas en la llamada ‘España vacía’ que sufre despoblación, ya que hay menos servicios y empleos, convirtiendo el problema en un círculo vicioso. De hecho, las fuentes muestran que esta provincia al norte de Madrid perdió el 68 por ciento de su población entre 1950 y 2022.
Otras provincias donde la construcción creció más en 2024 fueron Almería con un 92.3 por ciento, Zamora con un 60.4 por ciento, Pontevedra con un 59.9 por ciento, Huelva con un 54.5 por ciento, Toledo con un 45.7 por ciento y Ciudad Real con un 44 por ciento.
Zamora en Castilla y León también se encuentra en la ‘España vacía’ y es uno de los lugares menos densamente poblados del país con 15.85 habitantes/km2, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).
Pontevedra se encuentra en Galicia, otra región que ha sido golpeada duramente por la despoblación. La provincia alberga docenas de pueblos abandonados.
La construcción de nuevas viviendas ha permanecido casi constante en España, con un aumento del 9 por ciento entre mayo y noviembre de 2024, hasta 126,761 unidades.
Pero es innegable que las ciudades y regiones con las mayores poblaciones y demanda de empleo probablemente deberían ser las que más nuevas viviendas se construyan.
Estos últimos datos del gobierno muestran lo contrario. Podría interpretarse que este movimiento podría ser una forma de alentar a los españoles a mudarse a partes despobladas del país.
Sin embargo, ya hay muchas viviendas asequibles disponibles allí, y sin la infraestructura y oportunidades que la acompañan, la gente siempre migrará a las grandes ciudades.
“