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El gobierno de izquierdas de España, proporcionalmente el menor gasto en defensa de la OTAN, enfrenta resistencia política y popular mientras se propone cumplir con las llamadas europeas para aumentar su presupuesto militar.
La invasión de Rusia a Ucrania y el creciente temor de que el presidente Donald Trump retire las garantías de seguridad de EE. UU. que han protegido a Europa durante décadas han enviado ondas de choque a través del continente.
Según cifras de la OTAN, en 2024 España dedicó el 1,28 por ciento de su producto interno bruto anual a defensa, muy por debajo del histórico objetivo del dos por ciento de la alianza y menos que todos los demás miembros.
Y en el nuevo escenario geopolítico, con la Comisión Europea buscando impulsar el gasto en defensa para lograr una mayor independencia de seguridad, el objetivo del dos por ciento acordado por los miembros de la OTAN en 2014 podría resultar insuficiente.
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Trump ha exigido repetidamente que otros países de la OTAN asuman una mayor carga para la defensa de Europa y ha sugerido la idea de elevar el objetivo de gasto al cinco por ciento del PIB.
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Para Félix Arteaga, investigador senior en seguridad y defensa en el Real Instituto Elcano, un patrón consistente en los presupuestos españoles explica por qué el país invierte “poco en defensa”.
“Cuando la economía va bien, el presupuesto de defensa aumenta, pero menos que los demás presupuestos. Y cuando va mal, se recorta más (el presupuesto de defensa) que los demás”, dijo a AFP.
‘Lamiendo las botas de EE. UU.’
El primer ministro socialista Pedro Sánchez reafirmó su compromiso de alcanzar el dos por ciento durante una visita a Finlandia el miércoles y ha mencionado la posibilidad de adelantar la fecha límite de 2029.
Pero su gobierno de coalición enfrenta una batalla cuesta arriba ya que carece de mayoría en el parlamento y depende de una variedad de partidos separatistas y marginales para aprobar legislación.
Formaciones independentistas catalanas y vascas no están dispuestas a aumentar el gasto militar y el ejército español, mientras que grupos de extrema izquierda son tradicionalmente hostiles a la OTAN y la política estadounidense.
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Ione Belarra, portavoz del partido de extrema izquierda Podemos, dijo el miércoles que no ayudarán a los socialistas a seguir “lamiendo las botas de Estados Unidos”.
Incluso Yolanda Díaz, una vicepresidenta del socio de coalición de extrema izquierda de los socialistas Sumar, se opone a aumentar el gasto en defensa.
Después de que Sánchez y Díaz se reunieran esta semana para discutir el espinoso tema, una portavoz socialista trató de calmar las preocupaciones, diciendo que “el estado del bienestar no se verá erosionado” para reunir más dinero para las fuerzas armadas.
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El gasto en defensa ‘visto de manera diferente’
Los 36 años de dictadura del general Francisco Franco dieron forma durante mucho tiempo a las percepciones del ejército, pero la opinión pública mejoró después del retorno de la democracia, con el ejército participando en misiones internacionales de mantenimiento de la paz y emergencias nacionales.
Pero eso no se ha traducido en un pleno apoyo a un mayor gasto militar.
En una encuesta de noviembre realizada por el Instituto Nacional de Estadística (CIS), solo el 14,2 por ciento de los participantes respaldaron aumentar “mucho más” el presupuesto militar, con la salud y la educación surgiendo como las principales prioridades.
España se mantuvo al margen de ambas guerras mundiales y permaneció relativamente aislada durante la Guerra Fría, lo que “ha inspirado nuestra cultura colectiva y llevado a que el gasto en defensa se vea de manera diferente”, escribió Arteaga en un artículo.
Sánchez ha respaldado firmemente a Ucrania, realizando varias visitas y acogiendo a 200.000 refugiados ucranianos en España. El mes pasado prometió 1.000 millones de euros en ayuda militar adicional para 2025.
España obtuvo un lugar en cumbres recientes sobre la guerra en París y Londres que involucraron a un selecto grupo de líderes europeos, pero mantener esa influencia podría depender de mantenerse al día con los aliados en el gasto en defensa, dijo Arteaga.
Si España “no se alinea con el resto”, el país “perderá influencia en las decisiones relacionadas con la defensa y la seguridad”, agregó.
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