El gobierno español ha aprobado una propuesta para crear el primer parque nacional completamente marino del país, en una medida aplaudida por los ecologistas.
El parque de 24,000 hectáreas estará ubicado en el Mar de las Calmas, el mar frente a la costa de El Hierro, la pequeña isla Canaria y el punto más al sur de España.
La zona es conocida por su extraordinaria biodiversidad marina que incluye tiburones, delfines, atunes, rayas y tortugas.
El paisaje submarino está esculpido por arrecifes, cuevas, túneles y picos volcánicos, con el lecho marino que desciende hasta los 3,000 metros de profundidad, proporcionando un hábitat para una asombrosa variedad de especies.
Teresa Ribera, ministra de transición ecológica, dijo: “Hemos iniciado el proceso que nos permite anunciar un nuevo parque nacional. El Mar de las Calmas es un lugar único, quizás el de mayor diversidad tropical y subtropical. Tendrá el mayor grado de protección”.
Una vez aprobado, será el decimoséptimo parque nacional de España, pero el primero en estar completamente basado en el agua.
Mar de las Calmas está ubicado frente a la costa sur de El Hierro en las Islas Canarias.
La medida sigue a más de una década de presión por parte de grupos ambientales y ecológicos, y al apoyo de organizaciones como Greenpeace, Oceana y el Instituto Español de Oceanografía.
Otros partidarios incluyen a los pescadores tradicionales de la isla, que han continuado su actividad a pesar de la declaración de una reserva marina en 1996, aunque grupos como asociaciones de pesca deportiva y clubes de buceo han expresado reservas.
Michael Sealey, asesor principal de políticas de Oceana Europa, dijo: “Los isleños han sido muy cuidadosos en la forma en que utilizan los recursos marinos. Es importante valorar esto para que las islas puedan continuar con sus actividades tradicionales una vez que se implemente el parque nacional”.
La gestión del parque marino será responsabilidad del gobierno central, a diferencia de los parques nacionales en tierra.
Algunos han expresado preocupaciones de que el reconocimiento de un parque nacional marino traerá niveles de turismo descontrolados a la región, potencialmente perturbando la tranquilidad de una isla que tiene solo 270km2 de superficie.
Natach Aguilar, investigador del departamento de biología animal de la Universidad de La Laguna, dijo: “Debemos encontrar un punto intermedio entre aprovechar el atractivo turístico, los empleos que esto puede generar y no perturbar la tranquilidad de la isla, que es sin duda un enclave especial con hasta 18 especies de cetáceos, cuatro de ellas ballenas picudas, dos de las cuales son residentes”.
Aguilar advirtió que “todo podría colapsar si el parque nacional fomenta el turismo descontrolado” y abogó por un impuesto turístico y un límite en el número de visitantes y embarcaciones turísticas permitidas.