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Estamos en vísperas de la temporada de verano y todo lo que leo en la prensa local es un gran quejido sobre los turistas. Esta isla tiene una serie de problemas, pero no podemos seguir cargando a nuestros visitantes con ellos. Aparte del hecho de que el gobierno regional sigue instando a los turistas a pasar sus vacaciones en la isla dorada, un gran número de locales e inmigrantes (o ‘expatriados’, si lo prefieren) están ganando mucho dinero con sus estancias. El alquiler ilegal se lleva a cabo a gran escala tanto por parte de locales como de residentes extranjeros, y sí, debería ser controlado, pero nuevamente, no es culpa de los turistas.
De la misma manera, hay una necesidad desesperada de viviendas sociales, menos coches en la carretera y más consideración por el medio ambiente y la protección de los delicados ecosistemas de esta isla. ¿Por qué no se está haciendo más a nivel nacional y regional? ¿Es algo más con lo que deberíamos cargar a los turistas? Seamos realistas. La única forma de solucionar los problemas urgentes que afectan a Mallorca es que el gobierno regional se ponga las pilas y haga cambios genuinos y duraderos para el bien de su gente. Debe ser transparente y comprometerse con aquellos que están sinceramente comprometidos con la isla (y no me refiero ‘financieramente’). Necesitamos expertos mundiales con una hoja limpia, no políticos, para realizar una auditoría adecuada de nuestra situación actual. Deben hablar con científicos locales, ambientalistas, especialistas en turismo y economistas que tengan preocupaciones y también ideas positivas para intentar encontrar soluciones tangibles. Sus conclusiones deberían ser luego implementadas por el gobierno balear, y se deben buscar presupuestos.
Los isleños no pueden vivir solo de pan. La agricultura está en crisis, y pocas otras industrias aquí pueden competir con la vaca lechera consumidora de efectivo del turismo. A menos que los isleños decidan desechar sus palas y cubos y encontrar un nuevo modelo económico, no hay nada más que el turismo. Por supuesto que debemos encontrar un equilibrio, pero no mientras tiramos al bebé con el agua sucia del baño.
Los políticos locales en todo el mundo tienden a reunirse con sus amigos y crear montañas de papel e informes, pero esto rara vez se traduce en acciones afirmativas que beneficien al electorado. Dejemos de lado el juego de culpas y dejemos a los pobres turistas fuera de esto. Deberíamos dejar de sacar nuestra ropa sucia al mundo para que los medios de comunicación sensacionalicen. Es destructivo y perjudicial para la reputación de Mallorca. En lugar de señalar con el dedo, es hora de que el gobierno regional resuelva sus propios problemas con la ayuda de mentes externas imparciales y experimentadas.
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