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Al llegar al final del épico viaje de Alan y Jenny Boardman a través de Uganda, echamos la vista atrás a algunos de los momentos más destacados de su expedición benéfica para entregar gafas donadas y material escolar a personas empobrecidas en el campo de la nación africana.
Los filántropos de Mijas y trabajadores incansables de la caridad, Alan y Jenny Boardman llevaron a cabo la campaña ‘Eyedrop’ durante 4 meses, recopilando donaciones de gafas usadas y material escolar nuevo. Durante casi 3 semanas, han estado viajando por Uganda para entregar esas donaciones a comunidades donde más se necesitan.
A través de los bosques y caminos de montaña de Bwindi, donde las personas tienen que caminar hasta 5 horas para asistir a la iglesia o la escuela, 100 personas esperaban su llegada y las 400 gafas que habían traído. Hubo un momento conmovedor cuando uno de los líderes comunitarios se puso de pie para agradecer lo que aquellos en la Costa del Sol han hecho por su gente, y estallaron los aplausos.
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Después de dejar cuatro cajas de tus gafas donadas en un centro de salud en particular, fueron invitados a regresar para asistir a la misa dominical en la iglesia católica central. Fue un servicio especial para bendecir y celebrar el próximo regreso a la escuela de todos los niños después de las vacaciones de enero. Sin embargo, tristemente, muchos niños aún no asisten a la escuela porque sus padres no pueden permitírselo.
Alan dice que estiman que más de 3000 personas estaban abarrotadas en la iglesia, con muchas más afuera.
En una escuela para huérfanos en el Bosque Impenetrable de Bwindi, Alan dice: ‘Después de la emocionante bienvenida con canciones y bailes, llegó el momento de entrar en cada aula por turnos y repartir tus lápices, bolígrafos y cepillos de dientes donados.’
‘Luego estaba este hombre cuya miopía había empezado a fallarle muchos años antes. Una enfermera le mostró una palabra en mayúsculas tamaño gigante, y después de un buen tiempo entrecerrando los ojos, logró leer lo que decía el texto frente a él.’
Alan continuó, ‘Luego la enfermera le mostró otra palabra escrita en letra de tamaño normal. Simplemente no podía verla. Así que le dieron un par de gafas de lectura de fuerza promedio. Inicialmente casi se las clavó en los ojos. Pero luego, cuando se las puso, pudo leer de inmediato la palabra. Su reacción y la de todos en la habitación fue alegre. Aun así, la parte más emocional fue cuando dijo: ‘Ahora puedo ir a casa y leer mi Biblia’.
En su último punto de entrega, otra escuela, tenían donaciones suficientes para dar a cada niño un bolígrafo, un lápiz y un cepillo de dientes cada uno. Uno de los niños demostró cómo, hasta entonces, los niños solían limpiarse los dientes. Era un pequeño trozo de madera, similar a un palillo de dientes.
Alan y Jenny notaron cómo ninguno de los niños llevaba zapatos y reflexionaron sobre la idea de hacer esa su próxima campaña.
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