Urbano’s demands.”
Urbano is also accused of trying to set the policeman up in a sought-after €2,000 a month apartment, to ‘satisfy his sexual desires’.
“The facts point to the mayor’s intention to have a sexual relationship with the officer through the provision of a luxury apartment, a fact that can be seen as a clear act of corruption and abuse of power,” the complaint adds.
“The accused showed no qualms in trying to convince the complainant to accept the gift of the apartment, even when the officer’s wife found out and explicitly stated that she did not want to rent it.”
Meanwhile, Urbano has repeatedly denied the accusations, saying they are part of a ‘political plot’.
He has also claimed that the complainant was never subject to any kind of harassment or abuse.
“I have never sexually harassed anyone,” Urbano said after giving his statement in court, “I am a person with a lot of respect for everyone, but above all for women.”
“The person who is accusing me has been given every opportunity to prove his allegations and has been unable to do so.”
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The case continues.
García Urbano, demandas sexuales.
“En todos los episodios, el demandante tuvo que acceder a las demandas sexuales del acusado por miedo a perder su trabajo y, como consecuencia, no poder mantener a su familia”, afirma la denuncia.
Pero las amenazas y la presión no fueron la única herramienta de García Urbano, según el documento.
Ofreció a la víctima y a su esposa, que viven en Córdoba, una ayuda de 2.000 euros al mes y la promesa de un apartamento en Estepona para ‘seguir satisfaciendo sus deseos sexuales’.
Después de que se estableciera este acuerdo, García Urbano supuestamente contactó al demandante “insistente y diariamente”, para continuar el enredo sexual con él y su esposa.
El alcalde llegó al extremo de decir que “si no cooperaba, su carrera profesional había terminado para siempre” y que “le iba a hacer la vida imposible, ya que tiene contactos que le impiden trabajar en cualquier lugar”, según la denuncia.
“Al sentirse humillado, [Garcia Urbano] le ordenó que se desnudara para tener relaciones sexuales con él. [La víctima] se negó a hacerlo, pero el Sr. García Urbano le repitió que, si no lo hacía, perdería su trabajo”, continúa.
También se alega que García Urbano le dio a la víctima “unas pastillas azules” para poder cumplir con sus órdenes.
El empleado, que actualmente se encuentra en Córdoba y en “licencia por motivos de salud mental”, afirma que enfrentó el “acoso sexual” entre marzo de 2022 y junio de 2023.
Según informes, recientemente había conseguido un trabajo en la fuerza policial local de la ciudad.
Las acusaciones llegan como una bomba para el exitoso ex abogado y notario, que ha sido señalado por muchos como candidato para el puesto más alto en la Junta.
El alcalde, que obtuvo un récord del 69,4% de los votos en las elecciones de 2019, ha negado las acusaciones.
“Es una campaña injustificable e injusta para dañar mi dignidad personal y mi trayectoria con un claro y espurio objetivo”, insistió en un comunicado a principios de este mes.
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