Durante años, los pacientes en el sistema de salud de los Estados Unidos han crecido frustrados con una burocracia que no entienden.
Los médicos están incluidos en la red de un asegurador un año pero no al siguiente. Conseguir ayuda por teléfono puede ser casi imposible. A menudo se les niega la cobertura de cuidados y recetas de forma descortés.
El tiroteo fatal de esta semana del CEO de UnitedHealthcare, Brian Thompson, ha desatado una ola de sentimientos públicos – exasperación, enojo, resentimiento, impotencia – de estadounidenses que comparten historias personales de interacciones con compañías de seguros, a menudo vistas como gigantes corporativos sin rostro.
En particular, las palabras escritas en la munición encontrada en la escena del tiroteo – “retrasar”, “negar” y “deponer”, que hacen eco de una frase utilizada para describir cómo las aseguradoras evaden los pagos de reclamos – amplificaron las voces que desde hace mucho tiempo han sido críticas con la industria.
“De repente, estoy enojado de nuevo”, dijo Tim Anderson, describiendo cómo su esposa, Mary, tuvo que lidiar con negaciones de cobertura de UnitedHealthcare antes de morir de la enfermedad de Lou Gehrig, o esclerosis lateral amiotrófica, en 2022.
Anderson dijo que no pudieron obtener cobertura para las máquinas que ayudarían a su esposa a respirar o hablar – al final, ella se comunicaba parpadeando cuando le mostraba fotos. La familia tuvo que depender de donaciones de un grupo local de ELA, dijo.
“El modelo de negocio para los seguros es no pagar”, dijo Anderson, de 67 años, de Centerville, Ohio.
“Cuando Mary aún podía hablar, me dijo que siguiera luchando contra esto”, agregó. “Necesita ser expuesto”.