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El tercer mayor operador turístico de Europa, FTI Group, presentó una solicitud de insolvencia en el tribunal regional de Múnich hoy, según informó la empresa alemana en un comunicado, ya que las reservas seguían cayendo incluso después de una reciente propuesta de compra de un euro. Además de los pedidos en declive, varios proveedores exigieron pagos por adelantado, que FTI ya no puede proporcionar. El grupo ha abierto una línea telefónica y un sitio web para los clientes, añadió el comunicado.
Un gran número de alemanes que actualmente se encuentran de vacaciones en destinos como Mallorca con la compañía o que desean ir de vacaciones con ella en las próximas semanas se ven afectados. Según un informe del periódico Bild, a los empleados se les informó de la insolvencia en una transmisión de video esta mañana. El despacho de abogados Finkenhof de Frankfurt/Main fue designado como administrador de la insolvencia.
Incluso antes de la quiebra, los sistemas de reservas ya no eran accesibles, supuestamente debido a un fallo técnico. La página de inicio de su propia marca de hoteles Labranda también se apagó por la mañana. Cinco años después de la quiebra del operador turístico Thomas Cook (incluyendo Neckermann y Öger Tours), esta es la segunda quiebra de un importante operador turístico alemán. La dirección de FTI pasó todo el fin de semana en Berlín negociando con representantes del Ministerio Federal de Finanzas y el Ministerio Federal de Economía para obtener una garantía que cubriera una brecha financiera en el rango de los altos decenas de millones para sobrevivir el verano. Sin embargo, el gobierno federal rechazó esta propuesta después de largas conversaciones.
La empresa con sede en Múnich ya estaba en crisis antes de la pandemia de coronavirus. Solo 595 millones de euros del Fondo de Estabilización Económica del Gobierno Alemán (WSF) y otros 280 millones de euros del banco de la compañía, UniCredit, garantizados por el gobierno federal y el estado de Baviera, mantuvieron a FTI a flote. A mediados de abril, el rescate del operador turístico parecía estar al alcance: el inversor estadounidense Certares anunció que compraría la compañía, que ahora tenía deudas de alrededor de mil millones de euros, asumiría las deudas y aportaría otros 125 millones de euros en capital fresco. Sin embargo, esta idea aparentemente fue abandonada.
La Oficina Federal de Competencia aún no había autorizado la adquisición. Se esperaba que esto sucediera a finales del verano como muy pronto, es decir, a finales de agosto/principios de septiembre. Y eso se convirtió en un problema para FTI: hasta entonces, la compañía, fundada en 1983, carecía de dinero fresco para sobrellevar el verano. FTI, con sede en Múnich, gestiona alrededor de 90 subsidiarias en todo el mundo y emplea a aproximadamente 11,000 personas. En el pasado ejercicio financiero 2022/2023, el grupo logró una facturación de 4.1 mil millones de euros.
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