In my writings, I have contended that essential knowledge, treatments, and care are often withheld to protect the interests of the medical-industrial complex. The story of Ultraviolet Blood Irradiation exemplifies this corruption.
The Significance of Sunlight
Many people fear sunlight, particularly its ultraviolet (UV) rays, due to a misguided 1980s campaign by dermatologists promoting expensive skin cancer treatments.
However, a 20-year study of 29,518 Swedish women revealed that those who avoided sunlight were 130% more likely to die and more prone to developing medical conditions, including cancer. In my previous discussion, I emphasized the importance of natural light in various aspects of health, such as cancer, infections, circulation, behavioral disorders, and more.
Unfortunately, natural light is scarce indoors, and individuals with limited exposure to sunlight, such as those wearing glasses or contacts, are at risk of light deficiency illnesses. Direct light therapy has shown promising results in addressing these deficiencies.
The History of Ultraviolet Blood Irradiation
Sunlight bathing was once a successful therapy, with UV light being recognized for its sterilizing properties. In the late 1920s, Emmett Knott experimented with UV light to sterilize blood, leading to the development of Ultraviolet Blood Irradiation (UVBI).
UVBI proved effective in treating various conditions, including sepsis, pneumonia, and viral hepatitis. Despite its success, the American Medical Association attempted to monopolize UVBI and discredited it through a biased study.
Physiological Effects of UVBI
UVBI triggers rapid physiological responses in the body, including improved circulation, pain reduction, normalization of vital signs, and resolution of toxic conditions. These effects explain the therapy’s efficacy against infections and autoimmune disorders.
The process of blood irradiation involves withdrawing a small amount of blood, diluting it, and reinfusing it while exposing it to UV light. Recent advancements have explored the use of lasers to deliver light therapy internally.
In conclusion, Ultraviolet Blood Irradiation offers a promising approach to treating various medical conditions, and its efficacy should not be overlooked due to vested interests in the medical industry. Laser blood irradiation (LBI) produces effects similar to extracorporeal UVBI, but with LBI showing quicker results and typically requiring more treatments, while UVBI offers stronger bactericidal, anti-inflammatory, and circulatory benefits.
Research on UVBI has uncovered over 200 journal articles on the use of UVBI and LBI from 1934 to 2020. In nearly all cases, UVBI showed a success rate of 80% to 100%, with lower rates typically seen in severe cases that were expected to be fatal.
Studies consistently report a lack of side effects from UVBI and LBI. Evidence supports UVBI’s effectiveness in treating severe conditions such as bacterial and viral infections, cardiovascular disorders, and autoimmune diseases. Notable examples include the successful treatment of various infections, tuberculosis, hepatitis, COVID-19, and autoimmune disorders like asthma and rheumatoid arthritis.
UVBI has shown promising results in reducing hospital stays, mortality rates, and improving immune responses in patients with a range of conditions. Additionally, UVBI has demonstrated benefits in preventing rejection of transplants and reducing the activity of monocytes in steroid-resistant asthma patients.
Overall, UVBI has proven to be a valuable treatment option for a variety of ailments, with numerous studies highlighting its efficacy and safety profile. Las respuestas mejores (por ejemplo, sensación mejorada, coordinación y trabajo de sangre) fueron aquellas con los casos menos severos.43 Los únicos efectos secundarios observados fueron de la punción lumbar requerida para hacer este tratamiento.
Condiciones viscerales (por ejemplo, enfermedades del hígado, de la vesícula biliar y de la vesícula biliar, pancreatitis, peritonitis diseminada, enfermedades renales). Dado que UVBI mejora la circulación y reduce la inflamación, se ha descubierto que ayuda con una variedad de problemas de órganos internos.
Por ejemplo, un estudio de pacientes con condiciones pulmonares crónicas (por ejemplo, asma bronquial y bronquitis crónica obstructiva) mejoró su hemodinámica (por ejemplo, se redujo la hipertensión pulmonar).44 Del mismo modo, otro estudio de 22 pacientes con úlceras gástricas o duodenales encontró que UVBI ayudó a sellar y sanar las úlceras.45
Trastornos neurológicos y psiquiátricos (por ejemplo, depresión, esquizofrenia, acúfenos, cabeza nublada o insomnio).
Desde que UVBI aumenta el flujo sanguíneo al cerebro y disminuye la inflamación, puede ayudar con una variedad de trastornos neurológicos. En mi caso, mi introducción a UVBI surgió del hecho de que había tenido dolores de cabeza graves tipo migraña que no respondían a ninguna terapia, momento en el que mi médico sugirió UVBI, lo que fue un cambio de vida para mí (y por lo tanto he usado UVBI desde entonces).
Nota: En la literatura, gran parte de la investigación sobre condiciones neurológicas y psiquiátricas utilizó LBI en lugar de UVBI.46 Además, muchos de los beneficios neurológicos (por ejemplo, disminución de migrañas) fueron reportados como beneficios incidentales cuando se trataba otra enfermedad.
Obstetricia y ginecología (por ejemplo, fertilidad masculina y femenina, prevención de abortos espontáneos, preeclampsia, tener bebés sanos, síndrome de ovario poliquístico, enfermedades inflamatorias pélvicas).
Uno de los primeros ejemplos de UVBI utilizado en Obstetricia fue una serie de 30 pacientes consecutivos con abortos amenazados. Todos tuvieron una cesación inmediata de sus calambres y sangrado después de UVBI, y en 21 de los 22 donde el feto estaba vivo cuando comenzó UVBI, su bebé sobrevivió (siendo el último caso particularmente difícil).47
Más recientemente, cuando se compararon 53 mujeres rusas con preeclampsia que recibieron UVBI con 53 que no lo hicieron, se encontró que UVBI prolongaba en promedio la gestación en 4.1 semanas y reducía los partos patológicos y las malas condiciones fetales en un 50%.
También hubo menos pérdida de sangre materna y hipoxia fetal al nacer, y el peso al nacer del feto fue mayor. Finalmente, UVBI mejoró y normalizó la microcirculación de la madre, redujo o eliminó la estasis sanguínea y previno la coagulación intravascular diseminada.48
Cirugía: Desde su inicio, se ha observado que UVBI reduce significativamente las complicaciones de cirugías como infección y muerte (por ejemplo, vea estos dos estudios sobre cesáreas).49,50 También se ha observado que mejora el tiempo de recuperación (por ejemplo, la íleo postoperatoria suele observarse que se resuelve después de UVBI).
Nota: Se pueden encontrar significativamente más estudios sobre los usos de UVBI (que se resumen) aquí. Además, a principios de la década de 1990, una empresa farmacéutica canadiense creó un dispositivo que inyectaba sangre ozonizada y UV irradiada en el cuerpo y a través de numerosos ensayos clínicos logró demostrar que era seguro y efectivo para una variedad de condiciones.51
Conclusión
Esta amplia gama de beneficios sugiere que UVBI de alguna manera es capaz de reactivar la capacidad innata del cuerpo para regular y sanar por sí mismo (por ejemplo, apagando la respuesta de peligro celular o restaurando la circulación sanguínea). La eficacia terapéutica de UVBI va de la mano con tantos beneficios resultantes de una exposición suficiente a la luz natural y de la observación repetida de que aquellos con deficiencia de luz natural tuvieron la mejor respuesta a UVBI.
Afortunadamente, los resultados notables de UVBI lo han mantenido en uso en todo el mundo, y cada vez más personas están tomando conciencia de su utilidad. Por ejemplo, uno de los momentos más controvertidos de la presidencia de Trump fue cuando preguntó acerca de poner una luz desinfectante dentro del cuerpo para tratar el COVID-19.52 Mientras que los medios hicieron todo lo posible para retratar esto como Trump sugiriendo “debemos inyectarnos con lejía”, muchos entendieron lo que realmente se estaba discutiendo.
En 2020, Trump intentó alertarnos sobre un tratamiento prometedor para el COVID. Se inventó una historia sobre “inyectar lejía” y los medios han repetido esa mentira desde entonces. Aquí Joe Rogan y Jimmy Dore discuten cómo esta terapia milagrosa fue enterrada por el cártel médico. Esa terapia es… enlace de video
Por ejemplo, tanto Joe Rogan como Jimmy Dore estaban completamente conscientes de las propiedades notables de la irradiación sanguínea UV, su utilidad para condiciones como el COVID-19, y la supresión rutinaria del cártel médico de terapias competidoras.
Si bien el COVID-19 fue una inmensa tragedia, la única bendición que tuvimos de ella fue que la conducta abominable que presenciamos a lo largo de la pandemia fue tan descarada que despertó al público a su modus operandi. A medida que pasan los meses, cada vez más personas están aprendiendo sobre los Lados Olvidados de la Medicina.
Nota del autor: Esta es una versión abreviada de un artículo más largo sobre UVBI que profundiza en los mecanismos detrás de UVBI, resume la vasta cantidad de literatura publicada sobre UVBI (por ejemplo, para otras condiciones como el cáncer y la mitigación de los efectos de la quimioterapia) y proporciona recursos para aquellos interesados en acceder a las formas más efectivas de esta terapia.
Acerca del Autor
Un Médico del Medio Oeste (AMD) es un médico certificado en el Medio Oeste y un lector de Mercola.com desde hace mucho tiempo. Aprecio su perspicacia excepcional sobre una amplia gama de temas y estoy agradecido de poder compartirlos. También respeto su deseo de permanecer en el anonimato ya que todavía está en la primera línea tratando a los pacientes. Para encontrar más trabajos de AMD, asegúrate de consultar The Forgotten Side of Medicine en Substack.