El presidente de Valencia, Carlos Mazon, dice ‘no’ a los migrantes ilegales después de llegar a un acuerdo presupuestario con el partido de extrema derecha Vox.

El presidente de VALENCIA, Carlos Mazon, dice que su región no aceptará más migrantes ilegales en centros de recepción temporal pagados por el gobierno nacional.

El anuncio del lunes coincidió con la administración de su Partido Popular sellando un acuerdo con el partido de extrema derecha Vox para sacar adelante su presupuesto 2025 en el parlamento valenciano.

Todo esto ocurre mientras el líder regional, que está luchando contra una gran crítica por la forma en que manejó el desastre de las inundaciones de octubre.

Carlos Mazon dijo: “La Comunidad Valenciana ha superado el límite de su capacidad y no admitirá más distribución de inmigrantes ilegales promovida por el gobierno de Pedro Sánchez”.

Agregó que, al igual que otras regiones, “Valencia tiene un problema con la migración ilegal y con las mafias que se aprovechan del problema para hacer negocios mientras generan malestar social”.

El líder valenciano comentó que “está de acuerdo” con Vox en rechazar la política de migración del gobierno nacional.

“Nuestros centros están saturados y está claro que la inmigración ilegal masiva debe abordarse con una nueva política de migración a nivel nacional y europeo”, exigió.

“Necesitamos con urgencia acelerar las expulsiones de inmigrantes ilegales”, añadió.

La decisión de Mazon marca un quiebre con el Partido Popular a nivel nacional, ya que este coopera con el gobierno liderado por los socialistas en cuanto a dónde pueden ser alojados en el continente los migrantes que llegan a las Islas Canarias.

Irónicamente, este fue un gran punto de conflicto para el líder nacional de Vox, Santiago Abascal, el verano pasado cuando decidió ordenar al partido que se retirara de las coaliciones de gobierno regionales.

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El portavoz parlamentario del partido de izquierda valenciano Compromis, Joan Baldoví, describió a Mazon como un “cadáver político” y lo atacó por “arrastrarse ante la extrema derecha” para que su presupuesto fuera aprobado.

Baldoví dijo que sus comentarios eran “indescriptibles” y que le avergonzaba escucharlos.

También calificó la postura de Vox como la de un partido “traidor” que estaba dando “oxígeno” a Mazon y “traicionando los intereses de los valencianos” puramente por ventaja electoral.