El poder de la terapia artística «Euro Weekly News»

Cómo un artista estuvo atrapado en un lugar oscuro y cómo la terapia artística lo sacó a la luz.

David Pascual Arroyo, residente de Fuengirola, tiene el trastorno bipolar tipo 1, un diagnóstico que ha tenido desde 2001, cuando tenía 27 años. Ahora tiene 51. Un artista altamente talentoso, obtuvo la Beca Corinne War Flemming en el Savannah College of Art and Design (SCAD) en Georgia, EE. UU., para estudios que no pudo completar debido a problemas de anorexia y salud mental. En 1995, regresó a España para recuperarse.

Hoy en día disfruta de la naturaleza en su estado puro en forma de paisajes; toma fotografías con las que intenta capturar las imágenes que perciben sus ojos. Recrea instantáneas en su cerebro en forma de pinturas. Intenta capturar la atmósfera de la naturaleza con sus colores y así alegrar su vida cotidiana.

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‘Hubo un tiempo en el que mi pintura era muy oscura, y pintaba el dolor en las personas. Estaba impregnando mi trabajo con el sufrimiento que sentía profundamente en mi interior y, al mismo tiempo, el dolor que me rodeaba en ese momento.’

Oscuridad – La Traición de Judas.
Crédito: David Pascual Arroyo, 2008/2009

Desafortunadamente, todo esto condujo a un incidente en el Día de Navidad en Valencia en 2001, con su cuerpo medio desnudo asomando por un balcón. Después de un tiempo en un hospital psiquiátrico, se mudó a Fuengirola para estar con su madre.

‘Durante unos años, seguí pintando la oscuridad, que era cómo me sentía en ese período de mi vida, y pintar esa oscuridad me deprimía aún más, pero en ese momento esta forma de expresarme era la única que salía de mí.’

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‘Poco a poco y día a día mi paleta se fue volviendo más clara con colores brillantes. Descubrí la importancia de disfrutar de la naturaleza en mi estado mental y cómo esto se refleja en mis lienzos a todo color más recientes en los últimos años.’

Luz – BO, retrato de una dama.
Crédito: David Pascual Arroyo, 2013

La terapia artística lo ha guiado y ha sido un gran terapeuta junto con profesionales de la salud mental, buenos amigos y familia. Pintar un pájaro muerto en blanco y negro no es el mismo estado mental que pintar una mariposa volando a todo color.

‘Mis gráficos en forma de arte indican que buscar el color en mi vida es mucho mejor que dejarme arrastrar por la oscuridad. Y si hacemos este ejercicio durante un cierto período de tiempo, esas horas en las que el cerebro descansa empapado de color, esos momentos de recuperación son momentos de luz, momentos de vida.’

La diferencia en el trabajo de David es evidente. Han desaparecido las intrincadas intensidades de la pincelada. Han desaparecido los contrastes marcados en tono. Entra la soltura de su uso de la pintura y la delicadeza del toque. El enfoque está en lo positivo, en lo bello, no atormentado por la oscuridad del miedo a lo que podría ser, sino por el brillo de la naturaleza y el aquí y ahora. Las pinturas de David Pascual Arroyo son una celebración alegre, llena de amor y los tonos de la Costa del Sol.