El Pentágono está acelerando su capacidad para librar guerras en el espacio, debido a la creciente amenaza de China y Rusia en este ámbito. El desarrollo de nuevas herramientas terrestres y espaciales permitirá defender la red de satélites de Estados Unidos y, en caso necesario, interrumpir naves enemigas en órbita.
Estados Unidos busca adquirir capacidades ofensivas en el espacio para contrarrestar las acciones de China y Rusia, que han probado sistemas como láseres de alta energía y misiles antisatélite. La militarización del espacio es una realidad, con potenciales armas basadas en el espacio en desarrollo.
El Pentágono está avanzando en una campaña responsable de contraataque espacial, con la intención de proteger sus activos en órbita y suprimir amenazas enemigas en el espacio. Se han propuesto dispositivos como láseres y microondas de alta potencia como posibles herramientas para desactivar redes de satélites enemigos.
El X-37B, un avión espacial tripulado, y una nueva generación de satélites militares son parte de los esfuerzos para mejorar la capacidad de combate en el espacio. Se busca proteger los satélites de defensa de misiles y garantizar la resiliencia de las capacidades espaciales de Estados Unidos.
El Pentágono está coordinando esfuerzos con aliados como Gran Bretaña, Canadá y Australia, a través de la Operación Olympic Defender. A pesar de los desafíos, se reconoce que el espacio es ahora un campo de batalla militar y se está trabajando para estar preparados en caso de un conflicto en este ámbito.