Los socialistas se han unido con partidos independentistas en la cámara regional de Cataluña para apoyar una moción que permita a los diputados exiliados, incluido el controvertido líder separatista y candidato a la presidencia regional, Carles Puigdemont, votar en asuntos legislativos de forma remota.
Puigdemont, quien fue presidente de Cataluña durante la declaración unilateral e ilegal de independencia en 2017, ha vivido en el exilio en Bélgica durante siete años después de que el gobierno español abriera procedimientos penales en su contra, incluidos rebelión, sedición y malversación de fondos públicos.
Sin embargo, desde que volvió a ser diputado tras las elecciones regionales en mayo, ha surgido la duda sobre si Puigdemont podrá participar en las votaciones, especialmente después de que el Tribunal Constitucional de España anulara el derecho del diputado exiliado Lluis Puig a votar en línea.
Este punto ha resultado particularmente importante ya que Puigdemont es uno de los dos candidatos, junto al líder socialista Salvador Illa, para la presidencia de Cataluña, y la ley de amnistía altamente controvertida para aquellos condenados por su papel en la crisis de independencia aún no ha entrado en vigor.
La nueva legislación aprobada esta semana permitirá la votación en línea en situaciones “excepcionales y debidamente justificadas” que de otro modo “impidan el desarrollo de la función parlamentaria”.
El movimiento es un impulso importante para Puigdemont, Puig y el diputado exiliado de Esquerra Ruben Wagensberg, quien actualmente vive en Suiza.
La moción que modifica el mecanismo por el cual los diputados pueden votar fue respaldada por los Socialistas, Junts (cuyo líder es Puigdemont), Esquerra (ERC), los Comuns y la CUP.
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Como parte de la enmienda, también se ampliarán las circunstancias en las que los diputados pueden delegar sus votos, anteriormente limitado a diputados con enfermedades graves o en baja por maternidad o paternidad.
La decisión de aprobar la votación en línea se produce en la misma semana en la que falló la primera sesión de investidura del nuevo parlamento, comenzando una cuenta regresiva de dos meses que provocará la convocatoria de elecciones si ningún candidato logra reunir suficiente apoyo para convertirse en presidente regional.
Josep Rull, el presidente del parlamento que pasó más de tres años en prisión por su papel en la crisis de independencia, anunció formalmente una resolución fijando la fecha límite para el 26 de agosto. Si no se llega a un acuerdo, los votantes volverán a las urnas el 13 de octubre.
Dijo: “Después de consultas con los partidos, ninguno ha propuesto un candidato para pasar por el debate de investidura presidencial en el primer plazo de diez días”.
El movimiento prepara el escenario para un verano intenso de negociaciones, ya que los dos candidatos a la presidencia, el líder de Junts Carles Puigdemont y el líder socialista Salvador Illa, buscan recibir el apoyo de una mayoría dentro de la cámara regional, conocida como la Generalitat.
Los dos son los candidatos de los partidos que obtuvieron más escaños en la votación del mes pasado: el partido separatista de Junts de Puigdemont ganó 35 votos, mientras que los Socialistas del PSC, la rama catalana del gobernante partido PSOE del primer ministro Pedro Sánchez, ganaron con 42 escaños.
Sin embargo, ambos partidos quedaron muy lejos de los 68 escaños necesarios para tener una mayoría dentro del parlamento regional.
Illa cree que podría convertirse en presidente si ERC, un partido de izquierda proindependentista que ganó 20 votos, decide prestarle su apoyo.
Por su parte, Puigdemont cree que podría volver a su antiguo cargo si recibe el apoyo de todos los partidos independentistas y logra la abstención del PSC.
Para hacer esto, podría amenazar con retirar el apoyo de su partido Junts en el Congreso de los Diputados nacionales al PSOE, lo que haría que Sánchez perdiera su mayoría de trabajo.