El misterio del hombre envuelto en un fraude de oro de mil millones de dólares.

Seis semanas después de la muerte de Guzmán, el sueño del oro de Busang había terminado para todos, dejando a los inversores en desesperación. La valoración de 6.000 millones de dólares de Bre-X Minerals se había reducido a nada. Un informe independiente confirmaría que no había oro en absoluto en el sitio de Busang. Las muestras de roca fechadas de 1995 a 1997 fueron analizadas y se descubrió que habían sido manipuladas a través de un proceso llamado salting. Fragmentos de oro de otra fuente habían sido esparcidos entre las muestras de roca a través de un espolvoreador de sal para falsificar los resultados. Casi 30 años después, nadie ha sido responsabilizado por el fraude. Walsh mantenía que no sabía nada al respecto y murió de un derrame cerebral en 1998. En 2007, un juez canadiense dictaminó que Felderhof no tenía conocimiento del fraude y lo encontró no culpable de comercio de información privilegiada. El geólogo holandés falleció en 2019. Esto nos lleva de vuelta a de Guzmán. ¿Se habría quitado la vida para evitar tener que revelar que había sido el cerebro del engaño? Sus notas de suicidio plantean preocupaciones, dice Wilton. Para el podcast, una prima segunda de Felderhof, Suzanne Felderhof, afirma que había expresado dudas sobre si de Guzmán podría haberlas escrito. Las notas mencionan dolencias físicas de las cuales, según ella, su pariente nunca había escuchado quejarse. Wilton dice que otra nota de suicidio estaba dirigida a un gerente financiero de Bre-X Minerals a quien de Guzmán en realidad no conocía. En ella, se había deletreado incorrectamente el nombre de una de las esposas de de Guzmán. El Dr. Benito Molino era miembro del equipo de investigación filipino contratado por la familia de de Guzmán para examinar la evidencia una vez que se publicaron los informes de autopsia. En las fotografías del cuerpo encontrado en la selva, Molino dice que vio moretones en el cuello y concluyó que de Guzmán había muerto estrangulado. “Cuando estaba muerto, debe haber sido arrojado desde el helicóptero en la selva para que pareciera que se había suicidado”, dice Molino en el podcast. “En los grandes crímenes, siempre habrá un chivo expiatorio, así que no creemos que se identifique al verdadero cerebro”. ¿O acaso el cuerpo ni siquiera era el de de Guzmán? Según las descripciones iniciales, parecería que la persona había estado muerta por más de cuatro días, el tiempo que tomó descubrir el cuerpo, dice el antropólogo forense, el Dr. Richard Taduran, quien trabajó con Molino. La esposa de de Guzmán, Genie, también dice que los dientes estaban intactos en el cuerpo que se encontró, y sin embargo su esposo tenía dentadura postiza. Los registros dentales de de Guzmán nunca han sido divulgados por su familia, dice Wilton.

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