The Maserati GT2 Stradale showcases its unique design with a large rear wing adorned with “Maserati” script, a nod to its championship-winning heritage in the GT2 European Series. Step into the Sabelt racing seats and admire the exposed carbon-fiber tub that sets this car apart from the rest. This Maserati blurs the lines between track and street, offering a thrilling driving experience.
The MC20, chosen by the Robb Report editorial team as a top contender for Car of the Year, serves as the foundation for this new Modenese creation. Despite being considered an underdog in the supercar category, the MC20 exudes elegance and sophistication, reflecting Maserati’s legacy of grand tourers.
The reengineered GT2 Stradale aims to join the elite “Supercar Plus” club alongside top models from Ferrari, Lamborghini, McLaren, and Porsche. While the Maserati delivers impressive performance, it falls slightly short of reaching the same exhilarating heights as its competitors.
With a focus on aerodynamics and performance, the GT2 Stradale sheds weight and enhances driving dynamics. Featuring a twin-turbo V-6 engine producing 631 hp, this car accelerates from zero to 60 mph in just 2.8 seconds and reaches a top speed of 201 mph.
The interior of the GT2 Stradale is minimalistic yet functional, with lightweight carbon seats, center-lock wheels, and carbon-ceramic brakes contributing to its performance-oriented design. The driving experience is characterized by agile steering, supple suspension, and optional Michelin Pilot Sport Cup 2 tires for optimal grip.
Overall, the Maserati GT2 Stradale offers a balance of power, precision, and style, making it a standout addition to the supercar lineup. Nuestros instructores que iban en la escopeta nos mantuvieron con correa corta en España, pero logré hacer suficientes vueltas para tener una idea del poder y personalidad del Maserati.
La dirección es ágil y bien ponderada, aunque un poco tímida en cuanto a retroalimentación, y la suspensión se puede ajustar a través de tres configuraciones de firmeza.
Incluso a velocidades donde la fuerza descendente prodigiosa del Maserati no se muestra, una sensación de equilibrio es uno de los aspectos más claros. Los conductores pueden apoyarse fuertemente en los neumáticos delanteros durante las salidas de las curvas, y la parte trasera acompaña, sin dar ni una pizca de sorpresas no deseadas. Esa confianza ayuda al GT2 Stradale a doblar en las curvas más rápidas de Ascari con gracia y facilidad accesible.
Nunca me ha gustado mucho la sensación de frenado del MC20, y a pesar de la potencia de frenado adicional del GT2, eso no ha cambiado: hay demasiado recorrido del pedal antes de que se produzca una desaceleración seria, y el pedal en sí podría ser más sensible a pequeños cambios de presión.
Con su desplazamiento pequeño y sin asistencia híbrida eléctrica, el Nettuno biturbo guarda su mejor golpe para rangos de revoluciones medios a altos, incluyendo generosos 531 pies libras de torque entre 3,000 y 5,500 rpm. La potencia máxima llega a las 7,500 rpm. Pero un poco como el primer V-8 de McLaren en su primer auto de carretera 12C, cuyo sonido poco inspirado recordaba al de un motor marino, el Nettuno nunca ha sido un motor especialmente melodioso. Mientras que el convertible MC20 Cielo añade diversión auditiva a través del acompañamiento turbo que silba, el GT2 de techo cerrado y en gran parte sin aislamiento amplifica las frecuencias más monocromáticas y resonantes del Nettuno. No es la banda sonora que prefiero en mi superdeportivo, especialmente después de haber venido directamente de la majestuosidad tipo Beethoven del motor GT3 en el Porsche 718 Spyder RS.
Los conductores pueden apoyarse fuertemente en los neumáticos delanteros durante las salidas de las curvas, y la parte trasera acompaña.
Regresando a Marbella, tengo tiempo para considerar el universo de los superdeportivos, y dónde encaja este Maserati de $313,995, aproximadamente $80,000 más que un MC20 estándar, en el firmamento. En, por ejemplo, un Ferrari 296 GTB, siempre me maravillo de cómo sus sistemas derivados de la F1 ofrecen un rendimiento tan completo, pero de una manera holística y transparente. En el McLaren 750S, siento como si estuviera transportado, al estilo Star Trek, a una galaxia adyacente.
Y eso es todo. Se supone que los superdeportivos en esta categoría elevada deben sentirse transformadores y apenas creíbles, desde el momento en que te subes hasta el momento en que sales. El GT2 Stradale tiene la apariencia deportiva perfectamente dominada y algunos de los movimientos, pero nunca me dejó las manos temblando o la cabeza dando vueltas. Todavía es demasiado caballeroso para eso.
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El Maserati GT2 Stradale de 631 hp en la pista.
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