En el punto intermedio de la actual administración de Orihuela, han pasado casi dos años sin avances reales, solo retórica vacía. En su lugar, el gobierno está plagado de acusaciones de corrupción, deshonestidad y problemas judiciales, perpetuando un ciclo donde cada administración simplemente pasa el testigo de la corrupción a la siguiente.
El descontento se ha extendido más allá de Orihuela Costa hacia La Campanita, La Murada, San Bartolomé, La Ciudad y Los Huertos, donde los residentes luchan por salvar sus hogares de un ayuntamiento indiferente. Las llamadas “soluciones” ofrecidas hacen más mal que bien. La administración está amenazando con expropiaciones, obligando a las personas a vender sus propiedades por debajo del valor de mercado y luego comprar nuevas viviendas en terrenos propiedad del Ayuntamiento, que nunca serían verdaderamente suyas. Esto significa que el gobierno podría volver a confiscar sus hogares en el futuro, dejando a los residentes sin protección legal.
Un Gobierno que se Esconde de la Responsabilidad
La transparencia y honestidad en Orihuela son inexistentes. Las preocupaciones legítimas de los residentes son ignoradas, y a los partidos de oposición se les niega el acceso a documentos clave. Año tras año, la situación de Orihuela Costa empeora, y a pesar de aprobar dos presupuestos y tener 50 millones de euros en reserva, el ayuntamiento ha gastado casi nada en la zona.
La falta de responsabilidad de la administración se destaca aún más por los problemas legales continuos del alcalde. Enfrentando cargos de fraude y falsificación de documentos, uno esperaría que se apresurara en limpiar su nombre. En cambio, ha retrasado los procedimientos judiciales citando a un “abogado enfermo”, evitando un escrutinio temprano sobre sus negocios. Si no hubiera nada que ocultar, ¿por qué manipular el sistema para retrasar la verdad?
Separación: La Única Forma de Avanzar
El voto es la herramienta más poderosa para el cambio, y Orihuela Costa debe tomar el control de su propio futuro. La región es el motor económico del municipio, sin embargo, no recibe ninguno de los beneficios. La única solución es la separación, asegurando que la riqueza generada aquí se reinvierta en infraestructuras, servicios y desarrollo local, en lugar de desaparecer en la burocracia del ayuntamiento.
Sin embargo, no se trata solo de votar, se trata de votar por el liderazgo correcto. Orihuela Costa necesita un líder fuerte, respetado y experimentado capaz de unir a sus diversas comunidades y empresas. Confiar solo en los residentes de habla inglesa no es suficiente; es esencial contar con un amplio apoyo en toda la comunidad costera. Ningún partido ha priorizado las necesidades de Orihuela Costa, ahora es el momento de exigir un cambio.
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