Un juez federal ha determinado que el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, detuvo ilegalmente la operación de Voice of America (VOA), un servicio internacional financiado por el gobierno federal creado por el Congreso.
En un fallo el martes, el juez de distrito estadounidense Royce Lamberth ordenó a la administración Trump que restableciera la capacidad de la emisora de 83 años a los niveles anteriores a los recortes de fondos y despidos de personal realizados por Trump.
En una presentación en la corte en marzo, los abogados de VOA indicaron que los 1.300 empleados habían sido puestos en licencia administrativa, y afirmaron que la emisora busca informar de manera “objetiva, imparcial y veraz”, refutando las acusaciones de la administración Trump que la acusan de tener un “sesgo izquierdista” y de no ser lo suficientemente “proamericana”.
El juez Lamberth también ordenó a la administración que restableciera la capacidad de otras dos emisoras financiadas por la Agencia Federal para los Medios Globales, Radio Free Asia y las redes de transmisión de Medio Oriente, mientras que esas demandas avanzan.
Además, el juez rechazó una solicitud similar para otras dos redes, Radio Free Europe/Radio Liberty y Open Technology Fund.
Trump y sus aliados han utilizado fondos federales para desmantelar programas y agencias dentro del gobierno que no les gustan, imponiendo una mayor alineación ideológica en las organizaciones y universidades de medios bajo la premisa de combatir lo que la administración considera opiniones “de izquierda”. Kari Lake, una cercana aliada de Trump, también fue nombrada para dirigir la Agencia para los Medios Globales.
La administración cerró VOA en marzo, implementando recortes de fondos que, según Lamberth, reflejaron un “enfoque apresurado e indiscriminado”.
Un sindicato que representa a los trabajadores de la Agencia para los Medios Globales celebró la decisión como una “poderosa afirmación del papel que desempeña el periodismo independiente en el avance de la democracia y la lucha contra la desinformación”.
VOA fue fundada por primera vez durante la Segunda Guerra Mundial como un esfuerzo del gobierno de EE. UU. para contrarrestar la propaganda fascista, y posteriormente se utilizó para proyectar opiniones proestadounidenses a países de todo el mundo durante la Guerra Fría, una historia que ha llevado a algunos a ver la red como un medio para promover los intereses de EE. UU. en todo el mundo.
“El simple acto de proporcionar información imparcial es poderoso para aquellos que viven en lugares sin acceso a una prensa libre y sin la capacidad de discernir lo que realmente está sucediendo”, escribieron los abogados de VOA.
Muchas otras instituciones creadas durante la posguerra para proyectar la influencia política y cultural de EE. UU. en todo el mundo, como la Agencia de Desarrollo Internacional de EE. UU., también han sido atacadas por la administración de Trump, que las ve como enemigas ideológicas o fuentes de gasto innecesario.
Después de desmantelar en gran medida USAID, el multimillonario tecnológico y aliado de Trump Elon Musk afirmó que la Agencia de Desarrollo Internacional era un “antro de marxistas radicales que odian a EE. UU.”.
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